Hola, qué tal, cómo estás.
Esta semana pasada ha tenido lugar en Egipto, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. La finalidad de la misma ha sido que los países de la tierra tomen las medidas adecuadas para alcanzar los objetivos climáticos colectivos acordados en el marco del Acuerdo de París.
Y es que, el tema del cambio climático, de cuidar nuestra casa común, el planeta, es algo que nos afecta a todos y, por lo tanto, todos debemos estar comprometidos en ello.
Las malas prácticas del ser humano con el planeta, deteriora el lugar donde vivimos nosotros ahora y donde tienen que vivir las generaciones futuras.
Por eso, es hora de cambiar todo aquello que lleva a la destrucción, a la muerte. San Agustin nos invita a corregir esta situación de pecado, a acercarnos a Jesús, pues todavía hay tiempo.
“¿Hemos pecado? Corrijámonos. El camino todavía no se ha acabado; el día no se ha terminado. Para los pecados humanos y tolerables, Dios ha establecido, en la Iglesia, un tiempo de misericordia para distribuir una medicina cotidiana. Esto sucede en la misa cuando decimos: perdónanos nuestros pecados… Con estas palabras, con el rostro limpio, nos acercamos al altar para recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo”.
(Sermones 17, 5)
Oración
“Que Cristo pueda perfeccionar en nosotros sus dones, él que no ha dudado en tomar sobre sí nuestras culpas. Que pueda hacernos hijos de Dios pues, por nuestro amor, él ha elegido hacerse hijo del género humano”.
(Sermones 184, 3)