Historia y personajes

Escrito el 22/12/2022
Agustinos


P. Ángel Martínez Fuertes, pasión por la educación

En la biografía que le dedicó Emiliano Sánchez al P. Ángel le calificó de un apasionado por la educación en España. Otras personas relevantes del mundo educativo escribieron reseñas alusivas a su labor por la educación en España, como Carmen Alvear, M. A. Arroyo, J. M. Vidal y otros más. Todos ellos valoraban la valentía que tuvo para la defensa de la educación en un mundo de políticos y de gestiones interesadas. El agustino aceptó los cargos públicos y se implicó en ellos en aras a defender la enseñanza, encontrando cierta oposición de elementos eclesiásticos y de prensa católica.

El P. Ángel Martínez Fuertes fue el agustino que más trabajó por la supervivencia de los colegios católicos, sobre todo desde la presidencia de la CECE, Confederación española de centros de enseñanza, coincidiendo con la aprobación de las leyes educativas del momento. Había nacido en el pueblo de Villadangos del Páramo, en la provincia de León, el año 1932. Muy pronto entró en el seminario establecido en el Monasterio de Santa María de La Vid y continuó en Palencia. Profesó en la orden agustiniana en 1951, una vez terminado el noviciado en La Vid. Prosiguió los estudios eclesiásticos hasta ser aprobado para recibir la ordenación sacerdotal en 1957. En la universidad de Salamanca cursó la carrera de Filosofía y Letras, Sección Clásicas, y con ese bagaje formativo universitario pasó a Palencia y después al colegio El Buen Consejo de Madrid, residiendo después en la casa de Columela.

Conoció el mundo de los colegios y se implicó en todos los cargos, como subdirector, director y consejero de Educación de su Provincia. En Madrid mantuvo contactos con los colegios madrileños mediante reuniones periódicas en las que se estudiaba el futuro de los colegios religiosos. Fue elegido delegado de la Federación Religiosa de Enseñanza, que comenzó su gran protagonismo en la educación española en los años 70

Participó y fue miembro de varios organismos políticos y sindicales, llegando a ser consejero Nacional de Educación, procurador en las Cortes españolas y senador por León. Apoyó la creación de la organización empresarial educativa CECE, de la que fue la verdadera alma y presidente hasta su muerte en 1992. La misa funeral estuvo presidida por el obispo de Madrid D. Luis Gutiérrez y concelebrada por sus hermanos de hábito, además de asistir muchas de las personas más relevantes de la Educación en España.

La implicación y el trabajo por la enseñanza le llevaron a participar en la primera reforma educativa moderna, que fue la ley de Educación de 1970. También tuvo una participación intensa en las sucesivas reformas educativas de los años siguientes, con fue la LOECE (1980), LODE (1985), LOGSE (1990). En todos los procesos reformadores intervino en las discusiones tendentes a salvaguardar la pervivencia de la enseñanza religiosa y la misma viabilidad de los colegios. El gran número de religiosos que trabajábamos en la enseñanza en esos años teníamos la seguridad de que el P. Fuertes dejaría el alma en defender a los colegios, amenazados por leyes que ponían en duda su futuro, y gracias a su trabajo se pudo pasar el Rubicón de los cambios.

Era una persona realista, y sabía que esas reformas legislativas solo serían viables si aseguraban el futuro de los centros. Fruto de sus gestiones y de su organización fue garantizar la libertad de enseñanza en condiciones adecuadas, que era subvencionando la educación, para que nuestros colegios no se quedaran reducidos a centros caros y por tanto clasistas. La apuesta por los conciertos, que fue la concreción de esos proyectos, dio seguridad a los centros, sin perder su carácter de enseñanza universal.

Todo ello despejó el futuro educativo y ha permitido que los colegios hayan pervivido hasta nuestros días en un porcentaje muy elevado de los centros educativos. A partir de ahora la cuestión no es centros religiosos sí o no, sino si las instituciones que tenemos estos centros seremos capaces de mantenerlos y qué tipo de gestión será necesario para ello.

Gracias a personas como el P. Ángel Martínez Fuertes hoy la educación tiene un horizonte despejado. Como muestra de agradecimiento a su labor meritoria se le concedió La Gran Cruz del Mérito Civil, la Medalla de Plata del Mérito Sindical y algunas más, destacando la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio.

Gracias P. Ángel Martínez Fuertes.

                                                             Fr. Ricardo Paniagua

Ver.  E. Sánchez Pérez, Ángel Martínez Fuertes. Pasión por la educación, Madrid, Ed. Anaya 2002.