“Reposa en un pesebre, pero contiene el mundo. Se nutre de pechos humanos, pero es el alimento de los ángeles. Está envuelto en pañales, pero viste a los hombres de inmortalidad”. (San Agustín, Sermón 190, 3)
Ciudad de estrellas y bien,
Belén.
El pesebre, de Dios cuna.
La luna,
tenue fanal del establo,
retablo.
Niño Dios, contigo yo hablo:
tiritando estás de frío;
si tú ríes, yo me río.
Belén, la luna, el establo.
Nazario Lucas Alonso