Domingo con San Agustín

Escrito el 08/01/2023
Agustinos


 

Domingo Bautismo del Señor 8 de enero de 20223

Mateo 3, 13-17

Bautice Pedro, bautice Pablo, bautice Judas, es Cristo quien bautiza.

En este día del Bautismo del Señor, San Agustín nos hace reflexionar sobre quién es el ministro del bautismo. Si bien es cierto que el Señor se dejó bautizar por Juan, y sobre Jesús descendió la fuerza del Espíritu Santo y la voz del Padre; pero la gracia del bautismo no la transfiere a ningún ministro. Por eso afirma San Agustín, que da igual quien sea el que bautice, porque el que nos da la gracia, el que nos hace hijos de Dios, es el mismo Cristo Jesús.

En efecto, ¿qué, hermanos míos? ¿Quién no ve lo que ellos no ven? No es de extrañar, porque quienes no quieren regresar de ahí son como el cuervo al que se dejó salir del arca. En efecto, ¿quién no ve lo que no ven ellos? Y son ingratos al Espíritu Santo en persona. He aquí que la paloma desciende sobre el Señor, y sobre el Señor bautizado. Y apareció allí esa santa y verdadera Trinidad que es para nosotros el único Dios. En efecto, ascendió del agua el Señor, como leemos en el evangelio, y he aquí que se le abrieron los cielos y vio al Espíritu descender como paloma y se quedó sobre él, y al momento siguió una voz: Tú eres mi hijo querido en quien me he complacido. Aparece la santa y verdadera Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la paloma. Veamos lo que vemos, a dónde fueron enviados en esta Trinidad los apóstoles, y que es extraño que ellos no vean, pues no es que realmente no lo ven, sino que cierran los ojos a lo que les hiere el rostro; a dónde fueron enviados los discípulos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo por el mismo de quien se dijo: Éste es quien bautiza. En efecto, lo dijo a los ministros quien se reservó esta potestad.

Por cierto, esto vio Juan en él y conoció lo que no conocía, no porque no conocía que él era el Hijo de Dios, o cuando no conocía que era el Señor o no conocía que era el Mesías o tampoco conocía verdaderamente que ese mismo iba a bautizar con agua y Espíritu Santo; en verdad, conocía también esto; más bien, lo que mediante la paloma aprendió es esto: que ése iba a bautizar reservándose esa potestad y no traspasándola a nadie de los ministros. De hecho, mediante esta potestad que Cristo se reservó para sí solo y que, si bien se dignó bautizar mediante sus ministros, no trasvasó a ningún ministro, mediante ésta se mantiene en pie la unidad de la Iglesia, simbolizada en la paloma de la que se dice: Única es mi paloma, única es para su madre. En efecto, hermanos míos, si, como ya he dicho, el Señor transfiriese al ministro la potestad, habría tantos bautismos cuantos fuesen los ministros, y ya no se mantendría en pie la unidad del bautismo.

Por eso, bautice Pedro, éste es quien bautiza; bautice Pablo, éste es quien bautiza; bautice Judas, éste es quien bautiza.

Comentario al evangelio de San Juan 6, 5-6