Habla San Agustín

Escrito el 17/01/2023
Agustinos


Música: Gregoire Lourne, Africa the Cradle of life

Quien bien te quiere te hará llorar

Quien inutiliza a un imprudente, aunque sea causándole algún dolor, para que no incurra en penas atrocísimas por su costumbre de delinquir sin seso, es como el que tira del pelo a un niño para que no azuce las culebras. Mientras nuestro cariño le produce al niño molestia, sus miembros se conservan incólumes; se le aparta de aquello en que peligran su salud y su vida. No somos benéficos cuando hacemos aquello que nos piden, sino cuando hacemos aquello que no daña a los que lo piden. Con frecuencia beneficiamos cuando negamos, y dañaríamos si otorgásemos. De ahí vino el proverbio: «Niega al niño la espada». (…) Porque cuanto más amamos a uno, tanto menos debemos confiarle aquello que le pone en el trance de pecar. (…) Las cosas que se confían con peligro a los que las utilizan mal, se sustraen casi siempre con provecho. Cuando los médicos ven que hay que cortar y cauterizar la gangrena, cierran con frecuencia bondadosamente los oídos al furioso llanto. Si cuando éramos niños, y aun jovencitos, los padres y maestros nos hubiesen otorgado el perdón siempre que lo pedíamos por haber pecado, ¿quién de nosotros podría ser tolerado de mayor? ¿Quién hubiese aprendido cosa útil? Estas cosas se hacen por previsión, no por crueldad. (…) Demostramos que no les amamos con fidelidad cuando sólo tememos que disminuya el amor que nos profesan porque no hacemos lo que nos reclaman.

San Agustín, Carta 104,7