Hola qué tal, cómo estás.
Iniciamos la semana que nos va a llevar de la mano hacia el Domingo de Ramos, festividad que abre la puerta a la Semana Santa, a la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Poco a poco se nos han ido pasando los días de la Cuaresma y ya solo nos quedan unos poquitos. Y, tal vez, todas las promesas, propósitos y compromisos que nos pusimos al principio de la misma no los hayamos terminado de cumplir.
Pero, todavía nos queda algo de tiempo. Cada día podemos comenzar de nuevo, avanzar en el camino hacia Dios, vivir en amistad con Jesús, que es su Hijo y nuestro hermano.
Esta vida que tenemos en la tierra, que es una peregrinación, una caminata, que comenzó gracias a la voluntad de Dios y al amor de nuestros padres, necesita nuestra colaboración para concluir la misma en las manos del Dios amoroso.
Por eso, San Agustín nos anima a esto, a adelantar día a día hacia Dios.
Escuchémosle:
“Como cristianos, nuestro fin es avanzar día a día hacia Dios. Nuestro peregrinar sobre la tierra es una escuela en la que Dios es el único maestro y busca buenos estudiantes, no perezosos.
En esta escuela, cada día aprendemos algo. Aprendemos algo de los mandamientos, algo de los ejemplos y algo de los sacramentos. Estas cosas son remedios para nuestras heridas y materia para nuestros estudios”
(Sermones 16, A, 1)
Oración
“Señor, tú ayudas a los que se vuelven a ti. Líbranos para que podamos ir hacia ti”.
(Enarraciones sobre el salmo 17, 15)