Hola qué tal, cómo estás.
Nos encontramos a mitad del mes de mayo. Este fin de semana pasado ha comenzado la campaña para las elecciones municipales en España, que tendrán lugar, Dios mediante, el domingo 28 de mayo. Al mismo tiempo, serán las elecciones autonómicas y las elecciones a las Juntas Generales del País Vasco.
Van a ser quince días en los que vamos a escuchar a los políticos de todos los bandos, hablar de sus propuestas para mejorar el país y nuestra vida cotidiana.
Con algunos de ellos nos vamos a identificar y, con otros, no. A unos los vamos a considerar amigos y, a otros, enemigos. No hay otra, dicen que así somos los seres humanos.
Ahora bien, Jesús y San Agustín nos hacen otra propuesta. Nos hablan de cambiar la forma de pensar, sentir y actuar. Nos invitan a amar a todos, sin excepción.
Un amor, que no significa pasar por alto las cosas y comportamientos que, consideramos, van en contra de las personas y del bien común.
Sino un amor que sea camino de transformación para todos, que nos haga vivir como hermanos y hermanas.
Así, el mismo San Agustín nos dice:
“Pide con humildad a Dios el don del amor recíproco. Ama a todos, incluso a tus enemigos, no porque sean tus hermanos o hermanas, sino porque pueden llegar a serlo.
Ámalos para que puedas siempre amar, tanto a los que son tus hermanos y hermanas como a tus enemigos, para que siendo amados puedan llegar a ser tus hermanos o hermanas”.
(Comentario a la I Carta de S. Juan 10,7)
Oración
“A los que te aman, Señor, según tu deseo, muéstrate y sé todo lo que buscan. Así no estarán lejos de ti ni volverán a sí mismos”
(Sermones 261,1)