Historia y personajes

Escrito el 25/05/2023
Agustinos


Mons. Alejo de Meneses. Apóstol de la India

 

Como en el caso de España, Portugal llevó el cristianismo a las nuevas tierras descubiertas en América y Asia. Los portugueses llegaron a La India a principios del siglo XVI y se establecieron en la costa occidental, fijando la capital en la ciudad de Goa. En esta ciudad será arzobispo el agustino Fr. Alejo de Meneses, que ha sido calificado como apóstol de la India.

Fr. Alejo de Meneses fue un prestigioso agustino nacido en Lisboa en 1559, perteneciente a una familia emparentada con el rey Don Sebastián y con el agustino Fr. Agustín de Castro, arzobispo de Braga, a quien sustituirá en el cargo. Entró en la Orden en el convento de Lisboa para cursar los estudios eclesiásticos y se trasladó al convento de Coímbra, ciudad universitaria. Ordenado de sacerdote, fue nombrado prior del convento de Torres Vedras, Santarem y Liboa, a pesar de su deseo reiterado de llevar una vida retirada y de recolección. En 1594 fue elegido definidor provincial y ese mismo año el rey de España, en ese momento también gobernador Portugal, le llamó a Madrid para ofrecerle la sede episcopal de Goa, a lo que el agustino se mostró muy contrariado, aunque cedió por servicio a la iglesia y a la patria.

La situación en Goa era muy difícil y compleja, por la extensión del territorio y la variedad de grupos étnicos y religiosos de la región. Su primera labor fue realizar una visita pastoral a la diócesis para conocer la región y apoyar a los cristianos. Un problema que estaba sin resolver desde hacía siglos era la presencia de los llamados discípulos de Santo Tomé, que seguían doctrinas nestorianas y sincretistas, distantes del Cristianismo Católico. Estaban localizados en la zona de Malabar, estado de Kerala, y el obispo agustino buscó resolver esa situación anómala mediante el dialogo. Consiguió reunir el Sínodo de Diamper, en el que se reajustaron los temas doctrinales y disciplinarios, consiguiendo la unión con los cismáticos.

El Sr. Arzobispo era  la segunda autoridad del territorio portugués, después del Virrey, aunque en cuatro ocasiones tuvo que ejercer la máxima autoridad de Virrey y Gobernador General. Se preocupó de la evangelización de los abisinios de la isla de Socotora y promovió la creación de parroquias en la costa de Arabia y de África oriental, en la llamada costa Suahili, en colaboración con los religiosos, sobre todo los Jesuitas. Envío a Etiopía y Persia a varios jesuitas, fundando algunos conventos en esos países. En 1606 también convocó un concilio para impulsar la ampliación de las zonas cristinas y la creación de parroquias. Fundó un convento de agustinas bajo la advocación de Santa Mónica y otro de arrepentidas de la Magdalena, así como un colegio para muchachas. Destacó durante su gobierno por su caridad con los más necesitados y su celo apostólico en la conversión de los infieles.

Después de reiterar al rey su deseo de dejar el cargo de Arzobispo de Goa, por fin le fue aceptado por el rey Felipe III, para nombrarle arzobispo de la ciudad de Braga en 1612 y Virrey del Portugal,  sustituyendo en la sede episcopal a su pariente Fr. Agustín de Castro, aunque renunció de su cargos en 1614. Cansado y con muchos años, el Rey le nombró miembro del Consejo de Portugal y capellán mayor, retirándose el agustino a un convento. Murió en Madrid en 1617 y su cuerpo fue enterrado en el convento de S. Felipe el Real, aunque unos años después fueron llevados sus restos al colegio de los Agustinos en Braga, como había pedido Fr. Alejo de Meneses

Fr. Ricardo Paniagua