Reflexión agustiniana

Escrito el 17/06/2023
Agustinos


Turismo

Necesitamos prestar mucha atención a lo que propone san Agustín: “los hombres salen a hacer turismo para admirar las crestas de los montes, el oleaje proceloso de los mares, el fácil y copioso curso de los ríos, las revoluciones y los giros de los astros. Y, sin embargo, pasan de largo delante de sí mismos. No hacen turismo interior “ (Confesiones 10, 8, 15). Quien se orienta hacia Dios vive una experiencia interior difícil de explicar. Busca, pero, sobre todo, es buscado. Llama, pero, sobre todo es llamado. Da pasos, pero es atraído y conducido por Alguien. Nuestra actitud es más acogida que búsqueda; recibimos la constante invitación de la gracia que nos llama a encontrar a Dios en el corazón. La “dignidad interior” no es fruto del azar ni de la improvisación, sino de una atención continua al misterio interior y un esfuerzo continuado de querer ser uno mismo. Podría traducirse en una sencilla plegaria: “Señor, ayúdame a caminar para llegar donde necesito ser”.  Y, así, es posible creer en la contemplación, ese arte de aprender de Dios a observar con una larga mirada de compasión y ternura. Una larga mirada supone capacidad contemplativa y vida interior, aprender a ralentizar la velocidad de nuestras vidas, acciones y pensamientos, y adiestrarse en el camino de la serenidad. 

Imanol Larrínaga Bengoechea, OAR Interioridad: el viaje hacia uno mismo y hacia Dios. FAE. Espiritualidad agustiniana