Música: Gregoire Lourne, Africa the Cradle of life
Jesucristo mediador
Si todos los hombres, como es mucho más verosímil y probable, mientras son mortales son necesariamente desdichados, habrá que buscar un intermedio que no sea sólo hombre, sino también Dios; así, con su intervención la mortalidad feliz de este intermedio conducirá a los hombres de la miseria mortal a la feliz inmortalidad. Era necesario que ese intermedio se hiciera mortal y no permaneciera mortal.
En efecto, se hizo mortal no debilitando la divinidad del Verbo, sino tomando la debilidad de la carne. Pero no permaneció mortal en la misma carne que hizo resucitar de los muertos; ése es precisamente el fruto de su mediación: que no permanezcan en la muerte de la carne aquellos para cuya liberación se hizo mediador. Por tanto, fue preciso que el mediador entre nosotros y Dios tuviera una mortalidad transeúnte y una felicidad permanente con el fin de acomodarse a los mortales en lo pasajero y llevarlos de entre los muertos a lo que permanece.
San Agustín, La ciudad de Dios, IX,XV,1.