Píldoras de San Agustín

Escrito el 03/07/2023
Agustinos


 

Hola qué tal, cómo estás.

Ya hemos comenzado el mes de julio. Un mes, juntamente con el de agosto, vacacional por antonomasia. Por eso, el fin de semana que acabamos de pasar, ha sido todo un ir y venir, de un lado para otros, de bolsas, mochilas, maletas, así como de utensilios para el mar o la montaña.

Seguramente que, después, cuando hemos llegado al final de nuestro viaje, al lugar elegido para pasar unos días de descanso, hemos dicho ¡por fin, ya era hora, me lo merecía!

A partir de ese momento te dices: no más estrés, carreras, comidas a salto de mata, horas de sueño insuficientes, relaciones tóxicas, preocupaciones por todo. Aquí hemos venido para pasar unos días de alegría, paz, tranquilidad, a recargar las pilas. 

Y con estas intenciones vamos a afrontar los días de vacaciones, dejando que la luz, el sol, el agua, los árboles, las buenas lecturas, las grandes sobremesas, penetren en nuestro cuerpo, en el corazón, en la mente y en el alma.

Si dejamos que esto ocurra, enseguida surgirá en nosotros la alabanza hacia el Dios de la vida, de la creación. Y al hacerlo, estaremos también alabándonos a nosotros mismos, porque somos parte de dicha creación de Dios. 

Nos dice San Agustín:

“Si tú alabas las obras de Dios, entonces debes alabarte también a ti mismo, pues tú también eres una obra de Dios. Mira cómo puedes alabarte a ti mismo y no ser soberbio. Alaba no a ti mismo, sino a Dios que está en ti. Alaba no porque eres esto o tal tipo de persona, sino porque Dios te ha credo; no porque eres capaz de hacer esto o aquello, sino porque él obra en ti y a través de ti”

 (Enarraciones sobre el salmo 144, 7)

Oración:

“Mira, Señor, nosotros somos tu pequeño rebaño; te pertenecemos”.

(Confesiones 10, 36)