Hola, qué tal, cómo estás.
Ha concluido la Jornada Mundial de la Juventud, celebrada en Lisboa (Portugal). A la misma han asistido cientos de miles de jóvenes de todo el mundo, con la finalidad de encontrarse con Jesús, rezar y celebrar la fe. Y, todo ello, ha contado con la presencia y acompañamiento del Papa Francisco.
Ahora bien, no hay duda que los protagonistas de la Jornada son siempre los jóvenes y Jesús. Esta reunión multitudinaria ha sido una oportunidad, una gracia de Dios para que cada uno de los jóvenes asistentes haya podido experimentar a Jesús en su vida.
Lo que ha podido hacer a través de las catequesis, de las celebraciones eucarísticas y del perdón, de las vigilias de oración, de la convivencia y fraternidad, del canto.
Y, hablando del canto, a San Agustín también le gustaba mucho, pero tenía claro que había que cantar sabiendo lo que se dice. En uno de sus textos, que hemos titulado “Canta razonando” nos dice:
“Queridos amigos, cantad el Salmo razonando y no como los loros. Los tordos, papagayos, los cuervos, los pichones y semejantes, aprenden con frecuencia a decir lo que no entienden. Saber lo que estamos diciendo le ha sido concedido, por el contrario, a la naturaleza humana por deseo de Dios. Por eso, nosotros que hemos aprendido en la iglesia a cantar las palabras de Dios, deberemos desear hacerlo. Conoceremos y veremos claramente entonces lo que hemos cantado todos juntos con una única voz.
(Enarraciones sobre el salmo 18, 2)
Oración
Dame la fuerza de buscarte, Señor, pues soy capaz de encontrarte y me has dado la esperanza de encontrarte siempre más plenamente.
(La Trinidad 15,51)