Hola, qué tal, cómo estás.
Comenzamos una nueva semana, ya estamos a mitad del mes de octubre, y este próximo domingo celebraremos el DOMUND, el Domingo Mundial de las Misiones.
Pero, lo que acapara nuestra mente y corazón, es la situación de violencia y muerte que se está dando en la zona donde nació y vivió Jesús de Nazaret. Una violencia que se suma a la que existe en tantos otros lugares de la tierra.
El Patriarca latino de Jerusalén, cardenal Pizzaballa, ha invitado a todos los cristianos a tener una jornada de ayuno y oración por la paz y la reconciliación “sentimos la necesidad de orar, de volver nuestro corazón a Dios Padre. Solo así podremos sacar la fuerza y la serenidad para vivir este tiempo, dirigiéndonos a Él, en oración de intercesión, de súplica, y también de clamor”.
Y, ante esta petición del Cardenal, la Conferencia Episcopal Española ha programado para el martes 17 un día de ayuno y oración por la paz y la reconciliación en Tierra Santa, Israel y Palestina.
Una paz que hay que pedirla y construirla. Por eso San Agustín invita a que cada uno sea creador de paz. Escuchémosle:
“Algunos son en sí mismos operadores de paz, pues conquistan y sujetan a la razón todos los impulsos de su alma y doman sus deseos carnales. Ellos mismos se hacen reino de Dios; se gozan de la paz dada en la tierra a las personas de buena voluntad. Su vida es la de la persona perfectamente sabia”.
(Sobre el discurso de la montaña 1,2)
Oración
“Señor, sea lo que sea que me des, es muy poco para mí. ¡Sé mi heredad! Te amo con todo el corazón, alma y mente”.
(Sermones 334, 3)