Historia y personajes

Escrito el 02/11/2023
Agustinos


Colegio de San Guillermo de Barcelona

Como sucedía en las ciudades que tenían universidad como Barcelona, los agustinos crearon un colegio para los religiosos que eran profesores universitarios y los estudiantes, que recibió el título de San Guillermo de Aquitania. Fue fundado el 2 de octubre de 1587 por iniciativa del convento de San Agustín, que compró unas casas frente al monasterio de Santa Isabel, donde se instalará la comunidad. Recibió el nombre de San Guillermo en honor de uno de los precursores de la Orden de San Agustín, junto con el beato Juan Bueno.

Su función era eminentemente académica y en él residieron agustinos que tenían cátedras en la universidad de Barcelona, así como estudiantes con buenas capacidades, que recibían una formación superior y asistían a las clases de los catedráticos agustinos. Por sus claustros pasaron grandes teólogos en los primeros años, como Fr. Gaspar de Saona, que fue provincial, y Fr. Malón de Echaide. Desde el principio destacó el centro por una intensa actividad ya que tenía estudios de Teología, con un maestro, y un regente encargado de atender a los estudiantes.

Era una casa religiosa modesta por el número, en comparación con el convento mayor de la ciudad. Presidía la comunidad un religioso con el título de rector y habitaban en el colegio de manera habitual unos 16 religiosos, destacando en el siglo XVII el rector Fr. Nicolás Manines, catedrático de Durando en la universidad de Barcelona.

Durante la guerra de la independencia, de 1808 a 1815, los religiosos se vieron obligados a refugiarse en casas particulares al ser cerrados los conventos del clero regular. Cuando llegó la desamortización los religiosos fueron obligados a abandonar el recinto y sus instalaciones se usarán para servicios de la Casa de la Misericordia, cercana al mismo. Hoy todavía se conserva la iglesia y otros elementos, aunque muy modificados.

Por sus aulas pasaron agustinos célebres, como uno de los obispos catalanes que destacó como escritor en lengua catalana en el siglo XVIII. Se trata de Fr. Agustín Eura, que profesó en el gran convento de San Agustín de Barcelona en 1699. Precisamente sus estudios de Filosofía y Teología los cursó en San Guillermo en los años de la Guerra de la Sucesión, que tanto afectó a Barcelona, ocupando el cargo de vicerrector de San Guillermo en 1711 y de nuevo en 1726.

Mostró sus dotes de gran orador en sus sermones por diversos lugares de Cataluña y después en Orense, y participará activamente en la Academia de Buenas Letras de Barcelona, siendo uno de los veinticinco socios fundadores. Fue preconizado obispo de Solsona, pero el rey se opuso y le trasladó a Orense, donde gobernará la diócesis durante veintiséis años. Además de gobernar con prudencia la diócesis, en esos años cultivó los escritos en lengua catalana, exaltando la perfección del idioma catalán. Hoy su obra en catalán ha alcanzado mucha relevancia, como un escritor pionero en esa lengua.

A su muerte dejó como herederos a los pobres de la diócesis orensana. En el altar mayor de la catedral se encuentran los restos de este obispo y poeta catalán.

Fr.  Ricardo Paniagua