"San Agustín el africano"
La última vez que nos hemos encontrado en la sección ¡Sabías que…! del apartado “En Clave Agustiniana”, os dije que, a partir de hoy, y a lo largo de los próximos viernes, íbamos a hablar de San Agustín, a conocerle un poco más.
Comienzo pues por indicar que San Agustín fue africano, ya que nació en Tagaste, población situada en el país de Argelia. A este se le conoce oficialmente como República Argelina Democrática y Popular, y es uno de los cincuenta y cuatro países que forman el continente africano. Su capital y ciudad más poblada es Argel.
Argelia, situada al norte del continente, es el país más extenso de África desde el año 2011 y, con 43 millones de habitantes en el 2020, es el noveno más poblado. Junto con Marruecos, Túnez, Mauritania y Libia, es uno de los países que comprenden lo que se conoce como el Magreb.
En tiempos de Agustín aquel territorio pertenecía al inmenso y todopoderoso imperio romano. La población acostumbraba a trabajar la tierra y, a pesar del grano y las aceitunas que recogían, aquellas gentes saboreaban en su mayoría la pobreza. Los impuestos y las tasas que tenían que pagar a los romanos les oprimían y les hacía cada vez más pobres.
El imperio que ahora les sustraía el pan material, antes les había dado otro: el de la cultura. En aquella zona se hablaba el latín, aunque muchos campesinos conociesen el púnico también o tal vez sólo el púnico.
El cristianismo había penetrado con pie firme en Argelia, pero la fe cristiana aún no había entrado en todos los hogares ni ocupado todos los espíritus, como ocurría en la misma familia de Agustín.
En este ambiente de su pueblo Tagaste vivirá Agustín una mínima parte de su vida, pues pronto buscaría horizontes más amplios. Será el mar mediterráneo quien le hará compañía durante muchos años de su afanosa existencia.