Hola, qué tal, cómo estás.
Ayer domingo comenzamos en la Iglesia el nuevo año litúrgico 2023-2024, y lo hacemos con el tiempo de Adviento, de preparación para la Navidad, para el nacimiento de Jesús.
Y, en esta semana, nos encontramos con dos celebraciones: el miércoles, el día de la Constitución y, el viernes, la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
En la primer recordamos que el 6 de diciembre de 1978 los españoles votaron a favor de la Constitución española, el documento marco de la convivencia y del ejercicio de los derechos y deberes de todos los ciudadanos. En esta fecha comenzó el sistema político de democracia que tenemos.
En la segunda celebramos, el día 8 de diciembre, el gran amor del corazón de la madre de Jesús, la Virgen María, por Dios, y su docilidad al Espíritu Santo, que la llevó a estar libre de pecado personal durante toda su vida.
Así pues, con el primer acontecimiento de esta semana se inició la democracia en España y, con el segundo, comenzó el tiempo del Reinado de Dios a través de Jesús, nacido de María.
En ambos casos necesitamos tener fe, confianza. San Agustín nos invita a contar para esto con la ayuda del Señor:
“Cuando Pedro contó con la ayuda del Señor, fue capaz de caminar sobre las aguas. Cuando la fragilidad humana lo volvió inseguro, incluso entonces se volvió al Señor. Jesús extendió inmediatamente la mano para ayudarlo, lo levantó, pues se estaba ahogando y le echó en cara su falta de fe”
(Sermones 76, 8)
Oración
“Te pido Señor, porque alejarse de ti es caer; volverse a ti es levantarse; permanecer en ti es estar seguro. Ven a mí en tu misericordia”
(Soliloquios 1, 3)