Sabías que…

Escrito el 29/12/2023
Agustinos


 

"Agustín y la gran ciudad de Cartago"

¿Sabías que Agustín, al llegar a la ciudad de Cartago para hacer estudios superiores, se da de narices con un mundo nuevo y muy atrayente?

Hay que tener en cuenta que, habitantes de todos los rincones del imperio romano, encuentran en Cartago un lugar privilegiado para vender sus mercancías o sus ideas filosóficas, o para buscar adoradores de nuevas divinidades que compiten con las antiguas bien arraigadas todavía.

En Cartago, el joven Agustín se entrega, como hace siempre en todos los aspectos de su vida, en cuerpo y alma a los estudios de retórica. Espera destacar en ella y seguir nutriendo su vanidad humana. Él mismo cuenta que es el número uno de su promoción en la escuela de retórica, y disfruta así de su vanidad, hinchamiento y pedantería.

También sigue cultivando la amistad con los compañeros de estudio. Como norma, se mantiene al margen de las salvajadas de sus revoltosos camaradas, pues detesta sus gamberradas. 

Así, alejado de los consejos de su madre Mónica, su efervescencia juvenil no tiene cortapisas. La ciudad de Cartago es un hervidero de toda clase de amores impuros. Amar y ser amado es para él una dulce ocupación, si logra disfrutar del cuerpo de la persona amada.

En aquel período de su vida, Agustín convive de forma estable con una mujer. Sin ser matrimonio de pleno derecho, su unión es legal, según las leyes del imperio romano. Fruto de este amor tienen un hijo, al que ponen el nombre de Adeodato, que significa “Regalo de Dios”.

Según cuenta el mismo Agustín, sólo tenía esa mujer y le guardaba fidelidad como a esposa. Esto es muy extraño, pues en aquellos años no es frecuente que un joven mantenga tal fidelidad a una mujer que sabe que no va a ser su esposa para siempre.

Agustín, como no puede ser de otra manera, es un joven de su época, de su cultura, de su tiempo, pero se sale de la costumbre, de la norma. En él se perciben valores y comportamientos como la capacidad de amar, la lealtad, la entrega, la fidelidad, que se irán arraigando en su personalidad.

En Cartago disfruta de la vida en todos los sentidos, pero también encuentra la insatisfacción, el vacío interior.

Pero esto, será para otro día.