Sabías que…

Escrito el 19/01/2024
Agustinos


 

"Siempre Cartago"

Como hemos dicho la semana pasada, el gran amigo de la niñez y juventud de Agustín ha fallecido. Se encuentra triste, desconsolado. Todo en Tagaste le recuerda a él. Decide volver a Cartago, lugar donde había estudiado la carrera de retórica. Es el año 376 y Agustín tiene 22 años.

Allí solo le reanima y conforta la relación con sus amigos, que le sirve de bálsamo y que poco a poco va curando sus heridas.

En Cartago Agustín disfruta de la amistad, pero también tiene que ganarse la vida. Para ello abre una escuela de retórica, donde ejerce de profesor y, el tiempo libre que le queda después de impartir las clases, lo dedica a leer libros de todo tipo y materia, pero especialmente le interesa la Filosofía.

Agustín posee un privilegiado talento y él es consciente de ello. Su afán de lector empedernido le ayuda a darse cuenta de la falsedad de la doctrina maniquea, secta en la que está metido en esos años de su vida.

El encuentro de Agustín con Fausto, el mayor pensador de dicha secta y considerado un hombre super sabio, es para él decepcionante. Al escuchar lo que dice, se da cuenta de que no le ofrece solución alguna para los grandes y profundos interrogantes que le inquietan en la vida.   

Por eso Agustín toma la decisión de dejar la secta maniquea, pero no lo hace inmediatamente, está todavía unos años en ella, a la espera de conocer algo mejor.

Como se puede ver, la vida del joven Agustín es la de un tenaz buscador. Conoce cosas e ideas que, al dejarle insatisfecho, le estimulan a continuar en la búsqueda.

En el 383, cuando Agustín tiene 29 años, se traslada a Roma, la capital del Imperio Romano.  

¡Pero de esto… hablaremos el próximo día!