Píldoras de San Agustín

Escrito el 22/01/2024
Agustinos


 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

Seguimos transitando por el mes de enero. Un tiempo en el que, después de los gastos que hemos hecho por las fiestas navideñas y los regalos, se nos invita a seguir gastando. Ahora bien, nos aseguran que en esta ocasión ya no nos va a doler tanto, porque todo está rebajado. Son las conocidas “rebajas de enero”.

Por la televisión, la radio, en las conversaciones con los amigos, vecinos, familiares, escuchamos frases como: “voy a ver si encuentro algo en las rebajas”, “me apetecía tal cosa y seguro que ahora está rebajado”. En algunos lugares hay gente que está un montón de tiempo esperando a que abran las puertas de los comercios para entrar los primeros. Hasta peleas se pueden dar por comprar el mismo producto.

Sin meternos a investigar si son ciertas las rebajas, lo que sí nos podemos cuestionar es si necesitamos aquello que compramos, o solo lo hacemos por satisfacer un ansia de gastar, de comprar, de presumir ante los demás por nuestra supuesta buena compra.  

En tiempos de Agustín parece ser que también existía esta avidez, esta avaricia, y seguro que habría rebajas. Él nos invita a ver la vida de otra manera, a poner el acento en otra cosa. Escuchémosle:

“Hermanos y hermanas, buscad lo que es suficiente para que se cumpla la obra de Dios y no lo que desea vuestra avidez. Vuestra avaricia no es obra de Dios. Vosotros mismos, vuestro cuerpo, vuestra alma, todo esto es obra de Dios. Pedid lo estrictamente necesario y veréis lo poco que hace falta”

(Enarraciones sobre el salmo 147, 12)

Oración:

“Señor, tus mejores siervos son los que desean modelar su vida sobre tus respuestas y no, tus respuestas sobre sus deseos”.

(Confesiones 10, 26)