Historia y personajes

Escrito el 01/02/2024
Agustinos


Fr. Graciano Martínez Suárez, poeta y escritor

Fr. Graciano Martínez es conocido por su obra titulada “Memorias de un cautiverio”, donde describe la vida como prisionero de los independentistas filipinos el año 1899, pero fue autor de muchos libros y publicaciones en los distintos lugares en que trabajó, después de salir de Filipinas. El P. Graciano había nacido en Pola de Laviana, Asturias, el 23 de marzo de 1869. Después de recibir una primera formación en lengua y latinidad entró en el Seminario Agustino de Valladolid en 1886, con 17 años, profesando al año siguiente.

Su formación filosófica y teológica se desarrolló en Valladolid, el Monasterio de La Vid y El Escorial, donde fue ordenado de sacerdote en 1895. En estos años de formación y estudios escribe sus primeras obras poéticas. En 1896 es destinado a Filipinas, trabajando en las misiones de la provincia de Abra, al norte de la isla de Luzón y tiene que huir al comenzar la revolución. En esos momentos está en ebullición el proceso independentista y el P. Graciano es hecho prisionero, permaneciendo un año de cautiverio hasta 1899. Al ser liberado vuelve a Manila y escribe su obra más conocida “Memorias de un cautiverio. Páginas de la revolución filipina”, en la que muestra las vejaciones sufrió ese año y fue muy crítico con los gobernantes españoles. También publicó en Manila su mejor obra de poesías titulada “Flores de un día”, que fue muy elogiada por la prensa.

Vuelve a España en 1902 y es encargado de trabajar en la revista publicada por los agustinos España y América de gran prestigio en ese momento, tratando temas de actualidad religiosa y cultural, con una amplia información de las repúblicas americanas. En ella el P. Graciano escribe críticas de libros, bibliografías, reseñas, poesías, cuentos, etc. aunque sin aparecer su nombre. Es enviado a Alemania para aprender el idioma y conocer las controversias religiosas que se sucedían en Centroeuropa, residiendo en la universidad de Wurzburgo y desde allí envía artículos para la revista, explicando las cuestiones religiosas en Alemania. Regresa a España y desde aquí es enviado a Argentina, pasando después a La Habana, para trabajar en el Colegio San Agustín. No solo se dedica a la enseñanza, sino que escribe y predica sermones en los lugares que le reclaman, haciendo en la isla muchos amigos.

A su regreso a España es destinado al colegio de Tapia de Casariego, en Asturias, para impartir clases, escribir  y predicar en muchos lugares. Vuelve a Madrid de forma definitiva en 1914, siendo nombrado director de la revista España y América. Desde la capital de España acude a varias ciudades donde se le requiere para dar conferencias sobre temas de actualidad, continuando sus escritos que se publican como libros. Uno de ellos es de actualidad y se titula “Hacia una España genuina”, también escribe sobre la teoría del superhombre de Nietzsche, “De paso por las Bellas Letras”, “La mujer española” y algunos más. En este último sobre la mujer expone las corrientes sobre el tema, el feminismo y antifeminismo y es favorable a la participación política.

También estudia la cuestión social y escribe le libro titulado “Hacia la solución pacífica de la cuestión social”, que recoge once conferencias sobre el tema, inspirándose en la encíclica Rerum Novarum, de León XIII. Participó de manera activa en la Asamblea Nacional de la Prensa Católica, siendo un ponente destacado. Falleció en la casa de Columela de Madrid el 2 de enero de 1925. La valía y trayectoria del P. Graciano siempre ha tenido un gran reconocimiento en su patria de Pola de Laviana y de toda Asturias.

Fr.  Ricardo Paniagua