Píldoras de San Agustín

Escrito el 20/05/2024
Agustinos


 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

Este domingo pasado se ha celebrado la Solemnidad de Pentecostés y, con ella, ha concluido el tiempo pascual. Hoy, lunes, se vuelve al tiempo ordinario, así llamado en la liturgia católica.

Y, comienza una semana con la mirada puesta en el próximo domingo, en el que se celebrará otra Solemnidad, la de la Santísima Trinidad. Es decir, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Un misterio que solo se puede vislumbrar, percibir, sentir, desde la dinámica del amor.

Porque Dios no es un ser solitario, existe desde el amor y para el amor. Algo que se expresa en su propio ser y que lo transmite a través de su creación, especialmente en el ser humano, hecho a su imagen y semejanza.

Por esto Agustín invita a que se unan entre sí los seres humanos buenos, aquellos que, con su vida, reflejan la imagen y semejanza de Dios y que siempre es, entre otras cosas, amor, belleza, santidad, justicia.

Dice el obispo de Hipona:

“Únete a los buenos -a quienes encontrarás con facilidad si tú también eres bueno- para adorar y amar a Dios juntos, sin recompensa. El será vuestro premio, de modo que en la vida futura podáis gozar de su bondad y belleza. Sin embargo, debemos amarlo no como algo que vemos con nuestros ojos, sino como amamos la sabiduría, la verdad, la santidad, la justicia, la caridad y otros semejantes: no como aparecen en nosotros, sino como existen en la fuente de incorruptible e inmutable sabiduría”.

(Instrucciones a los novicios 27, 55)

Oración:

“Oh Dios, tú eres nuestra única felicidad segura”

(Confesiones 8, 5)