Historia y personajes

Escrito el 23/05/2024
Agustinos


Convento de San Agustín de la Seo D'Urgell

El convento de San Agustín de la Seo d´Urgell pertenecía a la Provincia Agustina de la Corona de Aragón, dentro de la Parcialidad de Cataluña. Los agustinos se establecieron en un convento situado a las afueras de la ciudad hacia 1579, llamado de Santa María Magdalena, y que había sido de los franciscanos claustrales, asumiendo las labores de atención al hospital de leprosos situado en ese lugar.

A instancias de las autoridades de la ciudad pasaron al casco urbano, edificando un convento nuevo en el barrio de Soldevila, bajo la advocación de San Agustín. Los agustinos fueron lectores de Biblia en la catedral. El año 1585 se colocó la primera piedra del nuevo edificio y las obras del convento e iglesia se prolongaron durante dos siglos. La iglesia se comenzó en estilo gótico, de una sola nave, con ábside poligonal y una cubierta de crucería. Anteriormente el techo era de madera a dos aguas, sostenido por tres arcos de diafragma. La iglesia se mantuvo activa hasta la guerra civil española, quedando después abandonada y muy deteriorada.

En septiembre de 1592 el Papa Clemente VIII ordenó que los Canónigos Regulares de San Agustín de la cercana población de San Pedro de Cercada, quedaran unidos al convento agustinos de La Seo d´Urgell como un priorato. Este convento agustino tenía unos 10 religiosos, que en el momento de la desamortización se habían quedado en nueve, que son los que tuvieron que abandonarlo. El convento, como el resto de los de Cataluña, sufrió los avatares de la Guerra de Cataluña, que comenzó en 1640 y terminó en 1652, aunque la ciudad fue pronto recuperada por el ejército de Felipe IV.

En este convento profesó el futuro arzobispo de Manila Fr. José Seguí en 1789. Este agustino había nacido en Camprodón, Gerona, y concluidos sus estudios eclesiásticos decidió ir voluntario a las misiones de Filipinas en 1795. Al llegar a las Islas se trasladó de misionero a China, donde trabajó veinte años. A su vuelta a Manila, y después de ejercer cargos importantes, fue nombrado arzobispo de Manila en 1830.

El convento fue cerrado en 1821 por el Gobierno Liberal del Trienio Constitucional, como sucedió con los conventos con menos de 12 religiosos. Al concluir este Gobierno volvieron los agustinos al convento en 1825, restaurando los desperfectos de estos años. Al decretarse la Desamortización General en 1835 tuvieron que abandonarlo definitivamente. El edificio pasó por diferentes usos, hasta que en 1990 las autoridades convirtieron el edificio en una magnífica biblioteca, llamada San Agustín.

 

Fr.  Ricardo Paniagua