Sabías que…

Escrito el 24/05/2024
Agustinos


 

"En el Monasterio"

El último día de nuestro espacio “Sabías que…” hemos visto que de los monasterios de inspiración agustiniana es de donde salió la reforma de la Iglesia africana. Ellos proporcionaron obispos sabios y santos a numerosas ciudades.

Agustín no duda en asumir en sus monasterios y para sus monjes un estilo de vida en la que todos tengan un solo corazón y una sola alma, dirigida hacia Dios y donde se compartan los bienes, tanto materiales como espirituales. Los monjes no deben tener nada como propio, sino que todo ha de ser de todos y a cada uno se le debe dar según lo que necesite.  

Así, quienes opten por vivir con Agustín en el monasterio tienen que, sobre todo, además de renunciar al matrimonio y obedecer al superior, hacer voto de pobreza.

En esto, el obispo de Hipona es el primero en dar ejemplo. Se cuenta que sus vestidos, calzado y ajuar doméstico eran modestos y adecuados. Los alimentos escasos y sencillos. Abundaban las verduras y legumbres y, algunas veces, la carne, por deferencia a los huéspedes y a personas que estuvieran delicadas de salud.  

De plata usaba sólo las cucharas; el resto de la vajilla era de arcilla, de madera o de mármol. Se mostraba siempre muy hospitalario con las personas que llegaban al monasterio y, en la mesa, le atraía más la lectura y conversación que el apetito de comer y beber.

Contra el vicio de la murmuración tenía este aviso escrito en verso: “El que es amigo de roer en vidas ajenas, no es digno de sentarse a comer en esta mesa”. Por eso indicaba a los huéspedes que no quería en su monasterio nada de conversaciones con chismes y hablando mal de los demás.

Agustín nunca olvidaba a los compañeros en su pobreza. Les ayudaba de lo que tenían él y sus comensales, esto es, de las rentas y posesiones de la Iglesia, o de las ofertas de los fieles.

Hasta aquí hemos llegado en el día de hoy, en otro momento de nuestro espacio seguiremos hablando de Agustín, el obispo de Hipona.