Píldoras de San Agustín

Escrito el 27/05/2024
Agustinos


 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

Este domingo pasado se ha celebrado la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Y, el domingo que viene, celebraremos la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo.

Es la presencia de Jesús en la Eucaristía, basada en las palabras pronunciadas por él en la última cena con sus discípulos. Estos las han transmitido fielmente a través de los Evangelios, así como san Pablo. Desde entonces, las pronuncia el sacerdote en las eucaristías, en el momento de la consagración.

En este mes de mayo, que concluye dentro de unos días, se han visto las misas o eucaristías llenas de niños y niñas que han hecho la primera comunión. Se han acercado a Jesús de una manera nueva y diferente para ellos, han recibido su Cuerpo y Sangre, su propia persona.

De ahora en adelante podrán recibir a Jesús cuando lo deseen, hacer de él un compañero en la vida para que les guíe, de fuerzas, anime, libere, perdone. Jesús se ha quedado en la Eucaristía para ser alimento para esta vida y camino hacia la eterna. 

Este alimento espiritual está siempre a disposición de los cristianos que deseen acercarse a él con sencillez y humildad. Ahora bien, hay personas, dice Agustín que no quieren acercarse a dicho alimento. Nos dice el santo:

“Recuerda esto. Cuando las personas eligen alejarse de un fuego, el fuego sigue calentando, pero ellos tienen frío. Cuando las personas eligen alejarse de la luz, la luz sigue iluminando, pero ellos están en la oscuridad. Esto sucede también cundo las personas se alejan de Dios: he aquí por qué los que se alaban a sí mismos no pueden alabar a Dios”.

(Sermones 170, 11)

Oración:

“El hombre es una criatura tuya Señor, y quiere rogarte”

(Confesiones 1, 1)