Sabías que…

Escrito el 14/06/2024
Agustinos


 

"Promotor de la unidad"

En el tiempo de Agustín, la Iglesia que se autoproclamaba una, había dejado de serlo en la realidad. En casi todas las ciudades del norte de África existían dos iglesias, dos obispos, dos cleros, dos celebraciones simultáneas del culto divino.

Eso sí, en ambas iglesias se adoraba al mismo Dios, se creía en el mismo Jesucristo, se proclamaba la misma esperanza, se leían las mismas Escrituras y se recibían los mismos Sacramentos.

Estas dos iglesias eran, la Donatista por un lado y, la Católica, por el otro.  La Iglesia Donatista se consideraba la verdadera Iglesia de Cristo, la única poseedora del Espíritu Santo, administradora de los auténticos sacramentos, pues había nacido de las persecuciones, del martirio.

A la Iglesia Católica la consideraban como la iglesia de los pecadores, de los traidores, que era apoyada por el emperador romano, justo quien había perseguido a la Iglesia donatista, considerada cismática, herética.

Con esta situación se encuentra Agustín en Hipona, cuando empieza su vida de sacerdote y, posteriormente, ejerce de obispo. Es por esto, que considera su misión restablecer la unidad rota en la Iglesia. Para ello predica, escribe libros.

En fin, emplea todos los medios que su rica inteligencia e imaginación le ofrecen para apartar de los católicos la tentación de pasarse al bando de los donatistas y para atraer a éstos a la Iglesia Católica.

Para contrarrestar la deformación que hacían los donatistas de los datos históricos, el obispo de Hipona informaba a los católicos, con documentos en la mano, de cómo habían acontecido los hechos causantes de la división entre la Iglesia Donatista y la Iglesia Católica.

Lo que busca en todo momento Agustín es devolver la unidad a los cristianos, restituir a la Iglesia esa unidad que Cristo deseó para ella y por la cual había orado al Padre.

Y, dado que este tema de la unidad va para largo, seguiremos hablando de ella en nuestro próximo apartado de “Sabías que…”