Píldoras de San Agustín

Escrito el 29/07/2024
Agustinos


 

 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

En esta semana que hoy iniciamos se acaba el mes de julio y comienza el mes de agosto, un mes en el que parece que se paraliza la vida. Muchas tiendas, bares, restaurantes, instituciones públicas y privadas echan el cierre total o bajan mucho el nivel de atención. En las mismas parroquias pasa lo mismo.

Esto, que se aprecia más en los pueblos y ciudades del interior, ocurre lo contario en las poblaciones de las costas, de las montañas y, en el período de las fiestas patronales, en los pueblos. Pareciera que allí se hubiera trasladado toda la gente que ha dejado medio vacías las ciudades.

Y es que, da la impresión de que los humanos vamos de un extremo a otro. Así, en nuestra rutina de la vida de cada año, nos encontramos con un tiempo donde todo el mundo está trabajando, y un tiempo donde todo el mundo está de vacaciones.

Ahora tocan las vacaciones y la idea es disfrutar, gozar, romper la rutina, emplear el tiempo en otras cosas. Esto es bueno, agradable, saludable, necesario. Pero también en esto debemos tener moderación, como nos recuerda San Agustín:

“Todos los que aman al mundo moran en él por su amor, igual que los que tienen el corazón vuelto hacia lo alto y que viven en el cielo por su amor. Cuando nos dicen de no amar al mundo, no significa que no debemos comer, beber o tener hijos. Pero la moderación es una orden del Creador, de tal forma que estas cosas no te hagan esclavo”.

(Comentario a la I carta de S. Juan 2,12)

Oración:

“Ordena, Señor, y exige lo que quieres. Pero cura y abre mis oídos para que pueda escuchar tu voz. Cura y abre mis ojos para que te vea mandar. Aleja de mí la locura para que me pueda reconocer a mí mismo.”

(Soliloquios 1,5)