Píldoras de San Agustín

Escrito el 23/09/2024
Agustinos


 

¡Hola, qué tal, cómo estás!

El viernes pasado, el cardenal arzobispo de Madrid, Mons. José Cobo, presidía la misa de inicio del año de Cáritas Madrid. En su homilía señaló que «lo que hacemos en Cáritas es continuar la imponente obra de caridad que llevamos realizando desde hace más de dos mil años». Una labor donde «vivimos el Evangelio a través de la atención a las personas más pobres, y lo hacemos gracias a nuestra capacidad de amar, porque sin el Amor de Dios esto no va para adelante».

Por otra parte, el sábado me encontré a la puerta del garaje, un coche obstaculizándome la entrada. Dicho coche iba con flores en las manivelas, lo que me indicaba que era de una boda.

Me asomé al templo parroquial y vi dentro a muchas personas, elegantemente vestidas, como se suele ir a las bodas. Fuera había otras, mirones como yo, que no se atrevían a pasar porque no llevaban la ropa adecuada para asistir a un enlace matrimonial.

No hay duda, que cada momento de la vida, tiene su atuendo propio. No es lo mismo pasear por la playa, que dormir en la cama. No es lo mismo hacer deporte, que ir a comer

Y, para entrar en el banquete celestial ¿qué vestido habrá que llevar? san Agustín nos lo dice en el siguiente texto:

“Qué se entiende precisamente con las palabras “amigo mío, ¿cómo entraste aquí sin el vestido nupcial?” Escucha al apóstol: aunque distribuyera todo lo mío y diera mi cuerpo para ser quemado, si no tengo caridad, nada me sirve. Así, este es el traje de bodas, la caridad. Examínate para ver si lo tienes. Si haces esto, tu puesto en la mesa del Señor está asegurado”

(Sermones 90, 1.6)

Oración:

“Oh señor, mi Dios, haz que mi alma te alabe para que pueda amarte. Haz que reconozca tu misericordia para alabarte.

(Confesiones 5, 1)