Historia y personajes

Escrito el 28/11/2024
Agustinos


P. Marcelino Gutiérrez, filósofo y pensador

El P. Marcelino Gutiérrez nació en el pueblo palentino de Ampudia en 1858. Curso los estudios de latinidad y filosofía en el seminario de Palencia y con 19 años decidió entrar en el colegio de los PP. Agustinos de Valladolid el año 1877, realizando la profesión religiosa el 23 de julio de 1878. Allí concluyó los estudios de Filosofía y se trasladó a La Vid para realizar la Teología, donde se ordenó de sacerdote.

Por su inteligencia y talento fue promovido al grado de lector y se le encargó dar clases de materias filosóficas a los estudiantes, labor que realizó con eficacia desde 1884 a 1892, en que por una afonía tuvo que regresar a Valladolid. Poco después se trasladó a El Escorial para dirigir la revista “La Ciudad de Dios”. Tanto en la “Revista Agustiniana”, como en “La ciudad de Dios”, publicó numerosos trabajos sobre la filosofía española, en los que mostraba su talante de pensador profundo.

En los últimos años de su corta vida compaginó la docencia, con la dirección de la revista y sus escritos. Destacaron sus investigaciones sobre Fr. Luis de León que expuso en su obra sobre misticismo y filosofía titulada “Fr. Luis de León y la Filosofía Española en el siglo XVI”, editada en El Escorial por el P. Raimundo González en sus obras completas. La obra se publicó con motivo del centenario de la muerte del gran escritor agustino y tuvo una gran acogida. En ella quiso mostrar que había grandes pensadores ignorados en la actualidad, pero que brillaron en su tiempo, como fue el caso de Fr. Luis de León en el siglo XVI.

Otra de sus obras destacadas fue “El Misticismo Ortodoxo en sus relaciones con la Filosofía”, que originó cierta polémica con algunos filósofos españoles, aunque fue muy alabada por D. Marcelino Menéndez Pelayo en una carta dirigida al autor, y en que afirma que “el autor muestra un vigoroso talento filosófico, y del que esperan mucho, muchísimo, todos los amantes de la cultura filosófica española”. Para el P. Marcelino el misticismo no está exento del uso de la razón, en contra de la opinión de autores como Ortí y Lara que mantuvo opiniones dispares con el agustino, y que éste le contestó con serenidad y respeto, poniendo de manifiesto su categoría de hombre de bien.

En su corta vida, ya que murió en Barcelona en 1893 con apenas treinta y cinco años, fue capaz de alcanzar un amplio análisis de la filosofía española, que se truncó con su muerte. Ya con la enfermedad cercana escribió una obra de espiritualidad titulada “El Corazón de María y el corazón humano”. En ese escrito profundiza en la doctrina cristiana y en la gracia de Dios y protección de la Virgen. Recuerda que aunque el hombre vive azotado por las pasiones y afectos, el yugo del Señor es suave, a pesar de la que la voluntad sea débil. María es el modelo del amor puro y santo.

Ante su pérdida comentaba el P. Muiños que nos habida dejado “el pensador más profundo, robusto y original que en materias filosóficas ha producido la Iglesia Española desde Balmes a la fecha… por su ferviente deseo de una auténtica filosofía cristiana, alejada de la lucha de escuelas”. Personalmente era un hombre modesto y sencillo, con un carácter serio, pero bondadoso.

Fr.  Ricardo Paniagua