Historia y personajes

Escrito el 27/03/2025
Agustinos


Fr. Manuel Pinillos, Prefecto de estudios

Fr. Manuel Pinillos era natural de Valladolid y profesó en el convento agustino de Salamanca el 10 de julio de 1722. Ocupó el puesto de prior de Toledo y rector del colegio de Alcalá, y fue elegido visitador de la Provincia de Castilla y Procurador general en la Corte y también había sido definidor, y ejerció otras muchas responsailidades. En 1757 ejerció el priorato en el gran convento de San Felipe el Real y después pasó como rector del colegio de Dña. María de Aragón en 1763.

Al concluir su rectorado, el prior General le eligió como Prefecto General de estudios de la Provincia de Castilla 1767. Fue elegido definidor en el capítulo de 1760 y juez para los casos de incorregibles. En la determinación segunda del capítulo provincial de 1767 se informa sobre el nombramiento por el prior General del P. Pinillos, con el fin de que se arreglen las casas de estudios de la Provincia. También se recoge en la determinación tercera de ese capítulo la comisión dada al Definitorio y al Prefecto de estudios para proceder, de acuerdo con las instrucciones del prior General, sobre el método de estudios más oportuno. Para ese encargo redactó un plan de estudios que debía seguirse en la Provincia de Castilla.

En sus primeros años en Salamanca, Fr. Manuel Pinillos había participado en los debates a causa de la cuestión del filo jansenismo con que se calificaba a los agustinos, desde su cargo de rector del colegio de Dña. María de Aragón, habiendo sido escogido para ello por el ministro Campomanes. También fue partidario de la expulsión de los jesuitas, junto a otros miembros del clero regular y secular. Lamentablemente su labor como Prefecto de estudios apenas pudo desarrollarse, ya que murió el año 1769. En este tiempo siguió insistiendo y pidiendo a los conventos que se dotaran de buenas bibliotecas, museos y gabinetes de Física.

En esa línea de renovar los estudios, en la determinación cuarta del capítulo de 1767 se anunciaba que para presentarse los lectores al magisterio deben continuar otros tres años más de carrera, en los cuales se apliquen en el estudio de Sagrada Escritura, Concilios, Cánones, Santos Padres, disciplina e Historia eclesiástica. Ordena el Definitorio que en el convento de San Felipe el Real es donde deberán cursar los teólogos cuatro años y dos más para habilitarse a las oposiciones, y establece el definitorio que en el convento de Salamanca haya un Maestro de Escritura elegido por el Definitorio.

En el capítulo intermedio siguiente de 1769 se vuelve a dar normas sobre los estudios, al señalar que en los cursos de Artes se pida a los lectores que cercenen algunas cuestiones que no son útiles y, en su lugar estudien y lean algunos puntos de Geografía y Geometría. Gr. de Santiago Vela valoraba así esa renovación de los estudios: “el esfuerzo de la Provincia de Castilla por demostrar la vitalidad de los centros de estudios, a los cuales dotaba de obras, que dado el tiempo en que se escribían, merecen especial atención…”. Esta predisposición de los agustinos al cambio y la tendencia de renovación ilustrada en la segunda mitad del siglo tuvieron un gran desarrollo en esta provincia agustiniana.

El P. Pinillos escribió una obra titulada “Historia póstuma del cardenal Noris”. Está dedicada a reseñar las cuestiones motivadas en España por la inclusión en el Índice expurgatorio de 1747 de la “Historia Pelagiana”, del cardenal Noris. En el texto recogió cuantos folletos e impresos corrían entre el público sobre esta cuestión. Cuando tenía preparado el libro, el Inquisidor prohibió la publicación de nuevos papeles y la entrega de los materiales preparados. Aunque no se publicaron, se dejaron en el depósito de San Felipe el Real esos materiales y entre ellos hay una lista de 88 papeles a favor del P. Noris y en contra.

Fr. Ricardo Paniagua, OSA