TENTACIONES DEL CAMINANTE (Cada uno lee una. Luego se comenta en cual nos vemos reflejados)
En nuestra vida nos encontramos con muchas tentaciones de todo tipo, aunque todas ellas se resumen en no amar y en no permitir que los demás amen.
- La tentación de querer llegar a la meta final sin hacer camino, de querer la victoria sin la lucha, la felicidad sin la fidelidad diaria, el éxito sin el esfuerzo.
- La tentación de querer hacer el camino con la felicitación y la admiración de los demás. Hacerlo sólo cuando los demás nos ven, nos aplauden, nos reconocen.
- La tentación de hacer el camino según lo hacen los demás, de quererlo recorrer como la mayoría. El no saber ir contracorriente, el dejarnos llevar por lo más cómodo, por la moda, por nuestros intereses personales.
- La tentación de querer hacer el camino sin los demás, sin contar con ellos porque nos creemos autosuficientes.
- La tentación de pillar un atajo, dar un rodeo para no encontrarnos con nuestro hermano necesitado, con aquél que no nos cae bien, pero que sin embargo nos está necesitando.
- La tentación de la superficialidad, que andar por la superficie sin profundizar en las cosas.
- La tentación del pesimismo, del que todo lo ve mal siempre, sin esperanza, sin horizontes.
- La tentación de querer hacer el camino a costa de los demás, aprovechándose de ellos, sirviéndose de ellos, dominándoles.
- La tentación de querer hacer el camino cargado de cosas y más cosas que nos den seguridad, certezas en nuestra vocación, en nuestra vida. Cuando no tenemos claro nuestro futuro, queremos tener certezas en lugar de poner en manos de Dios nuestra vida.
- La tentación de no aceptar las leyes del camino: la necesidad de ir poco a poco, paso a paso, porque nos gusta lo inmediato. El no aceptar el sudor, las caídas, el fracaso.
- La tentación de abandonar cuando surgen las dificultades, de echar marcha atrás cuando las cosas se ponen difíciles.
- La tentación del activismo, de las prisas, de querer hacer muchas cosas, muchas actividades, en lugar de rezar más, profundizar más, leer más.
- La tentación de la indecisión: el no saber qué escoger, por dónde avanzar, qué vocación seguir porque hay que dejar otras cosas. EL vivir sin elegir, sin comprometernos para toda la vida, sin optar por un camino no fácil pero que nos puede hacer muy felices.
- La tentación de querer hacer el camino sin contar con Dios, contando sólo con nuestros planes, con nuestras necesidades, con nuestras cualidades, olvidando a Dios.