Amar

Escrito el 14/02/2023


 

AMAR

                         

                               Quisiera amar, Señor, necesito amar;

               todo mi ser no es ya más que un deseo:

               mi corazón,

               mi cuerpo se alargan en la noche

               hacia un desconocido a quien yo amo

               y braceo en el aire sin encontrar el alma que abrazar.

 

                                              Estoy solo y quisiera ser "dos",

                               hablo y no hay nadie que escuche,

                               vivo y vivo,

                                               y nadie saca jugo a mi vida.

                               ¿Para qué ser tan rico si no enriquezco a nadie?

                               ¿Y de dónde viene este amor? ¿A dónde va?

                               Quisiera amar, Señor, necesito amar.

 

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Escucha, pequeño.

Párate un momento y haz silenciosamente un largo viaje

hasta lo más profundo de tu corazón.

Avanza a lo largo de tu amor recién hecho,

como a contracorriente del río hasta encontrar su fuente.

Y, al principio y al fondo del infinito misterio de tu amor inquieto,

me encontrarás a mí.

Pues yo me llamo Amor y soy Amor, ya desde siempre,

y el Amor está en ti.

Soy yo quien te hizo para amar, para amar eternamente:

y tu amor pasará a "otra-tú-mismo".

Es a ella a quien buscas, ella está en tu camino,

en tu camino desde siempre, sobre el camino de mi amor.

Ahora es preciso esperar su llegada:

ella se acerca, tú te acercas, y os reconocéis.

Pues yo hice su cuerpo para ti y el tuyo para ella,

yo hice tu corazón cara a ella y el suyo para el tuyo,

y por eso os buscáis en la noche,

en mi noche, que se hará luz si confiáis en mí.

                                Resérvate para ella, amigo mío, como ella se reserva para ti.

                                Yo os guardaré al uno para el otro.

                                Y, mientras, como tú tienes hambre de amor,

                                he ido poniendo en tu camino a todos los hermanos para que vayas amando.

                                Créeme, el amor necesita un largo entrenamiento,

               y no hay diversas clases de amor, sino una sola:

               Amar es olvidarse de sí mismo para ir hacia los demás.

 

 

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Michel Quoist