Te regalo unos versos

Escrito el 21/02/2023


 

Como esquema referente

para iniciar estos versos

acudo a dos peregrinos

-amigos de Jesús ellos-

que descubrieron su alma

a través de un simple gesto:

aceptó compartir la mesa

pasando por “forastero”.

A quien secunde este plan

de Jesús “El Nazareno”,

se le pide a pie de vida

reproducir ese encuentro.

 

En adelante y por siempre… / compartir será el proyecto.

¿Cómo cumplir el programa / en un mundo tan disperso?

¿Qué podemos compartir, / cómo actuar en concreto?

 

Se comparte una sonrisa / nacida sin fingimiento;

(no se trata de esa mueca / ensayada ante el espejo),

una risa que ilumine / con ternura y sentimiento

a quien vive de rodillas / y necesita tu aliento.

 

Compartir con el hermano

-el más próximo primero-

y al que llega sin papeles,

pues viene del extranjero…

afectuosa acogida,

afanes de vida y tiempo,

vino y pan sobre la mesa,

tensión de brazos abiertos,

cordialidad expansiva

y el perdón en candelero;

aroma denso de cuna,

justicia y amor intenso;

la riqueza de esperanza

que se esconde en privilegio,

con los cipreses en flor

en el hogar de los muertos.

Compartir bienes y canto

sin alarde y en silencio;

la vida hecha parábola

en sagrado ministerio,

con referencia directa

al sentir del Evangelio.

 

Jugando a ser generosos

y dar plenitud de cielo,

compartir será tu gloria

-el perfume de tu credo-

si te acercas al hermano

pobre, solo y sin consuelo

y le estampas en la frente

-con limpieza de alma- un beso.

Jesús lo hizo con Judas

al descubrir su proyecto,

aunque el traidor no acertara

a vislumbrar el misterio.

P. Serafín de la Hoz