Día 3 - Reencontrase consigo mismo
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La Regla de San Agustín es un conjunto de directrices destinadas a regular la vida de las comunidades religiosas que siguen sus enseñanzas. Redactada alrededor del año 400 d.C., esta regla es notablemente concisa y se centra en la vida en comunidad, la oración, y la convivencia pacífica y amorosa entre sus miembros. Aquí hay algunos puntos clave de la Regla de San Agustín:

Vida en Comunidad: San Agustín pone un gran énfasis en la importancia de vivir en armonía y evitar conflictos dentro de la comunidad. Insta a los miembros a soportarse mutuamente con amor y paciencia, y a resolver los desacuerdos a través del diálogo y la comprensión mutua.

Oración y Devoción: La oración es central en la Regla de San Agustín. La comunidad debe reunirse regularmente para orar juntos, y se anima a los miembros a mantener una vida de oración personal constante. La liturgia y la lectura de las Escrituras son actividades comunitarias esenciales.

Pobreza y Posesiones: San Agustín instruye a sus seguidores a vivir en pobreza voluntaria, renunciando a las posesiones personales y compartiendo todo en común. Este enfoque busca eliminar el egoísmo y fomentar un espíritu de igualdad y solidaridad dentro de la comunidad.

Trabajo: El trabajo es visto como una forma de servicio y no debe ser evitado. San Agustín destaca que el trabajo manual no solo es una necesidad práctica, sino también un medio de crecimiento espiritual y de evitar la ociosidad.

Obediencia y Disciplina: La obediencia a los superiores es fundamental en la Regla de San Agustín. Los líderes de la comunidad, elegidos por sus cualidades espirituales y su sabiduría, deben ser obedecidos por los demás miembros, quienes deben confiar en su guía para la vida comunitaria.

La Regla de San Agustín ha sido adoptada y adaptada por muchas órdenes religiosas a lo largo de los siglos, y sigue siendo relevante en muchas comunidades religiosas cristianas hoy en día. Su enfoque en el amor, el servicio y la comunidad refleja los principios centrales del cristianismo y ofrece un modelo para la vida espiritual compartida.