Historia y personajes

Escrito el 18/04/2024
Agustinos


Real Monasterio de Ntra. Sra. de Aguas Vivas (Valencia)

Este monasterio está situado entre la localidad de Carcagente y Alcira. Se trata de uno de los monasterios agustinos más antiguos del reino de Valencia y se dice que en su fundación parece que intervino el rey Jaime II, el año 1239, por lo que se le califica de Real. El título de Aguas Vivas procede de una fuente en que se halló una imagen de la Virgen, que tiene en brazos al Niño Jesús. La fecha tan antigua ha sido puesta en duda por algunos autores, como el P. Herrera, que considera debe ser del año 1426.

La casa religiosa tenía noviciado y estudios de Moral para el clero y vivían en él unos veinte religiosos. En el siglo XVIII contribuyeron a repoblar la vegetación con árboles frutales en el valle, convirtiendo la zona en un lugar rico en olivos, moreras y viñedos. El edificio conventual y la iglesia son del siglo XVI y XVII y se han construido en estilo gótico valenciano y en barroco, siendo dirigida la edificación por Francisco Colom, que también dirigió la obra del claustro conventual. En su iglesia se veneraba la Virgen de Aguas Vivas, que era patrona de Carcagente.

La iglesia es muy grande y tiene trasagrario, sacristía, retablo mayor y una torre campanario de construcción posterior. Durante la Guerra de la Sucesión, en 1707, el convento e iglesia fueron saqueados por las tropas de Felipe V, cuando ocuparon el reino de Valencia, ya que era contrario al candidato francés. Terminada la guerra se reformó y restauró el edificio y se construyó en 1767 una imponente fachada en el lado del noroeste y, posteriormente, la sacristía.

Como en el resto de España, en la invasión francesa el convento fue desvalijado, robando todos los objetos de valor. Todo ello se completó en su deterioro con la confiscación del edificio por las leyes desamortizadoras de las Cortes de Cádiz de 1812, arrendando el convento a particulares. Con la llegada de Fernando VII y la anulación de las leyes promulgadas en las Cortes de Cádiz, regresaron los agustinos en 1814, comenzando una lenta reconstrucción. Apenas seis años después triunfa el Liberalismo, en 1820, y el convento es desamortizado y sus tierras vendidas.

Los agustinos volvieron al convento en 1823, pero en la desamortización de 1835 se expulsó definitivamente a los agustinos y sus propiedades fueron vendidas en pública subasta y las obras de arte fueron trasladadas a un museo provincial. El convento pasó por varias manos de particulares, hasta que fue adquirido recientemente para ser ser convertido en lo que es actualmente, un hotel.

Fr.  Ricardo Paniagua