Orando con San Agustín

Agustinos


 

Dos amores han dado origen a dos ciudades

“Dos amores han dado origen a dos ciudades: el amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de sí, la celestial. La primera se gloría en sí misma; la segunda se gloría en el Señor. Aquélla solicita de los hombres la gloria; la mayor gloria de ésta se cifra en tener a Dios como testigo de su conciencia. Aquélla se engríe en su gloria; ésta dice a su Dios: ‘Gloria mía, Tú mantienes alta mi cabeza’. La primera está dominada por la ambición de dominio en sus príncipes o en las naciones que somete; en la segunda se sirven mutuamente en la caridad los superiores mandando y los súbditos obedeciendo. Aquélla ama su propia fuerza en los potentados; ésta le dice a su Dios: Yo te amo, Señor; Tú eres mi fortaleza´´. (La ciudad de Dios, XIV, 28)                      

PRÍNCIPE  no inteligente

regirá con mal criterio,

obstáculo es a su imperio,

vomitivo ante su gente

embaucador e inclemente.

Rostro severo y agraz,

boca hiriente y muy mordaz,

imposible de creer;

orden da de obedecer

supuesta ley pro la paz.

                   Nazario Lucas Alonso