Nuestra Señora de Gracia. 8 de mayo

Agustinos


8 de mayo

Nuestra Señora de Gracia

María Madre de gracia es el título más antiguo en el culto mariano de la Orden Agustiniana. El título de Nuestra Señora de Gracia tiene sus orígenes en el saludo que el ángel Gabriel hace a María en Nazaret. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1, 28). Alégrate, favorecida, agraciada. El enviado de Dios presenta a María, una joven nazaretana, los planes de maternidad y de salvación que Dios tiene sobre ella. Para los cristianos esta advocación subraya la preferencia de Dios sobre María. Madre del mediador Jesús, es también madre del autor de la gracia y dispen­sadora de gracia.

La maternidad de María es gracia de Dios y es, también, actuación libre de María. Dios cuenta con ella como persona y María responde con un amor y una docilidad insuperables.

Sobre el porqué la Orden de San Agustín venera a la Virgen de Gracia, sabemos que es el título más antiguo en el culto mariano de la Orden. Fue norma común que las órdenes mendicantes, a raíz de su institucionalización apostólica, recuperaran devociones ya establecidas en el corazón de los cristianos y las actualizasen. Probablemente sea esta una explicación verosímil de lo que aconteció con la Orden agustiniana y la advocación de Nuestra Señora de Gracia. Prueba de ello es que ya en el Capítulo general de Orvieto (1284) se reza la oración Bendita tú, en honor de la Virgen de Gracia.

Otra noticia, históricamente documentada, es del año 1401 y se refiere a una cofradía con este título establecida en los conventos agustinianos de San Agustín y Nuestra Señora de Gracia en Valencia (España) y Lisboa. A partir del siglo XVI la devoción adquirió gran difusión en toda la Orden; contribuyó a ello que se comenzaran a edificar conventos bajo este título mariano en Italia y América Latina.

 Su primera noticia está vinculada a la Iglesia agustiniana de Lisboa, desde donde se extendió a los conventos de la antigua Provincia de Castilla, de Portugal y a las misiones agustinianas de Asia y América del sur.

En 1806, el Papa Pío VII, a instancias del venerable José Bartolomé Menochio (1741-1823) – Sacrista pontificio y confesor del papa – y del Vicario general, concedió a la Orden de San Agustín facultad para incluir en su liturgia la festividad en honor de la Virgen Nuestra Señora de Gracia.