Orando con San Agustín

Agustinos


A imagen de Dios

“Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”. (Conf. I, 1, 1)

Quiero amarte, Señor, por ser lo que soy,

por el don divino que has puesto en mí.

Porque tú, Dios, me hiciste para ti,

alegre y presuroso a tu encuentro voy.

Quiero ser amor, no un acto de amor;

quiero ser yo, y verte a ti como eres.

Los dos hemos nacido de mujeres:

yo como amado, tú como Amador.

Me diste libertad de ser quien quiera,

pero es mi referente tu persona

a quien miro y adoro con pasión.

Me pides que no suelte la mancera

para ganar mi premio y mi corona.

¡Lleno de ti ya tengo el corazón!

             Nazario Lucas Alonso