Emaús
“Consuélete la fracción del pan. La ausencia del Señor no es ausencia; ten fe, y contigo está Aquel a quien no ves. (Sermón 235, 3).
Hacían el camino dos amigos
de Jesús. Comentaban
compungidos de dolor. Las estrellas
brillantes iluminaban sus huellas,
sus rostros de mendigos.
Caminante forastero a su lado
se pegó. Comentaron
el suceso ocurrido y alcanzaron
la casa, do la hoguera
crepitaba, humeante carbonera.
Los criados trajeron a la estancia
lámparas y faroles,
guirnaldas y manteles.
De pronto, se envolvieron las crueles
dudas en andanadas de fragancia:
Paz intensa ha brotado del manjar
e ilumina los ojos de dos hombres
que hicieron el camino
comentando sus dudas, sin llamar
a los hechos ocurridos por sus nombres.
¡Era el Maestro el peregrino!
¡Oh fuerza del amor y de la fe,
oh milagro inefable del contacto!
Nazario Lucas Alonso