Nuestra perfección es Cristo
“Nuestro fin debe ser nuestra perfección, y nuestra perfección es Cristo. En él nos perfeccionamos porque somos miembros de la misma cabeza”. (Comentario al salmo 52, 6).
Mi vocación es alcanzar la altura
sorteando los ocres y esmeraldas;
la tarea no es fácil, es muy dura;
mas mi espíritu me dice: sigue, avanza.
Arriba está la meta, está la luz,
el rojo rosicler de la mañana;
sí, sí, cedros del Líbano cayeron,
pero Israel no perdió la esperanza.
Soslayando peñascos y barrancos,
cruzando de perfil las torrenteras,
notaré que es más fácil el acceso
y suaves se me harán altas laderas.
Mi vocación es alcanzar la altura.
¡Manda, Señor; Tú manda lo que quieras!
Nazario Lucas Alonso