Orando con San Agustín

Agustinos


Alabar al Señor por la criatura

Contemplas la tierra y ves su hermosura, su fecundidad, sus energías, la generación de las semillas, la fertilidad de los campos, que, sin sembrar, reverdecen; contemplas, y con tu examen la interrogas, en cierto modo; la misma indagación es una pregunta. Cuando has indagado lleno de admiración y escudriñado, has hallado la cantidad de sus energías, la grandeza de su hermosura, la excelencia de su poder; enseguida te ha venido a la mente la idea de que no ha podido hacerse a sí misma y que viene de aquel Creador. Y lo que has encontrado en ella es como la voz de su confesión para que alabes al Creador (Comentario al salmo  144, 13).

Traspasa el color la luz

en las playas del Menor. 

Me postro ante ti, Señor, 

vencedor de muerte y cruz.

Tu creación me anonada

y no acierto a comprender

por qué la quisiste hacer

tan grandiosa y tan ornada.

Las aguas son cristalinas

y doradas las arenas;

liberan todas las penas,

hermanan hombre y salinas.

Gracias te doy, Creador,

desde mi gran pequeñez;

elevo con fe mi prez

suplicando tu favor.

                   Nazario Lucas Alonso