El 22 de septiembre se celebra el Día Mundial Sin Coche, una fecha que busca motivar una conciencia mucho más ecológica en los ciudadanos del mundo.
Es de todos conocido que tener un coche facilita la vida, pero tener demasiados coches en una ciudad aumenta significativamente su huella de carbono y ocasiona que el agujero de la capa de ozono se haga cada vez mayor.
Esta fue la principal razón que impulsó, en octubre de 1994, a algunas ciudades del mundo a celebrar el Día sin Coche. Las primeras fueron Reikiavik (Islandia), La Rochelle (Francia) y Bath (Reino Unido).
En 1997 Gran Bretaña fue el primer país en adoptar esta iniciativa a nivel nacional, pero no sería hasta el año 2000 que la Comisión Europea lo declararía Día Mundial Sin Coche y extendería las actividades asociadas a la celebración a lo largo de una semana.
Los coches no solo generan mayor contaminación ambiental y acústica, sino que hacen que nuestras calles sean más inseguras y que nos volvamos más sedentarios, con consecuencias en el organismo como la obesidad mórbida, problemas circulatorios y problemas arteriales.
Está claro que un Día Sin Coche no va a cambiar esta realidad, pero ayuda a que nos demos cuenta que podemos dejar de ser tan dependientes de este medio de transporte, tomando conciencia del verdadero uso que se le debe dar al mismo.