"Hay que actuar definitivamente o no habra vuelta atrás"
Del 31 de octubre al 12 de diciembre tiene lugar en la ciudad de Glasgow, Escocia, la Cumbre Internacional sobre el Cambio Climático, denominada COP 26. Dicha reunión está auspiciada por la ONU y el objetivo fundamental es dar un impulso definitivo a la lucha contra el calentamiento global.
El año 1992, unos 200 países del mundo, firmaron el Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En dicho Convenio se comprometieron a reducir los gases de efecto invernadero que emite el ser humano en su actividad diaria, y que contribuyen al cambio climático que amenaza la vida sobre la tierra.
A partir de 1995, se reúnen cada año los firmantes del Convenio con la finalidad de revisar cómo se están llevando a cabo los compromisos adquiridos. Desde entonces dos hitos importantes han ocurrido, el primero la aprobación del Protocolo de Kioto (Japón) en 1997, y el segundo el Acuerdo de París de 2015.
El objetivo fundamental establecido en el Acuerdo de Paría es que el aumento de la temperatura media del planeta no supere los dos grados centígrados, siendo lo mejor que no supere los 1,5 grados, ya que este es el límite que establecen los científicos para evitar los efectos más catastróficos.
Los expertos y los diferentes organismos internacionales vinculados a la ONU indican que los países no están cumpliendo los acuerdos de París. La concentración en la atmósfera de estos gases no ha dejado de aumentar pese a los diferentes tratados. Al llegar la COP 26 de Glasgow, 120 de los casi 200 países firmantes del Acuerdo de París, han revisado sus planes de recorte de emisiones.
Muchos países se están comprometiendo a alcanzar la neutralidad de carbono o emisiones netas cero a mediados de siglo. Hasta ahora, unos 75 países se han fijado como meta las emisiones cero a mediados de siglo, la mayoría en 2050.
En esta reunión de Glasgow se espera que un amplio número de países se comprometan a abandonar el carbón para generar electricidad, dejar de producir coches de combustión y reducir las emisiones de metano. Finalmente, sería necesario que los países desarrollados tomen nuevos compromisos de ayuda financiera a los países más pobres para que puedan hacer frente a los efectos del calentamiento y a recortar sus emisiones.