"A todos nos gusta dar y recibir abrazos"
El 21 de enero se celebra el Día Internacional del Abrazo, efemérides que fue creada por el norteamericano, Kevin Zaborney, en el año 1986. ¿Cuál fue la razón que tuvo para pensar que debía existir un día dedicado al abrazo?
Pues que veía que se daban pocas muestras de afecto entre las personas en público, incluso entre los miembros de la familia. A todos nos gusta recibir y dar abrazos, aunque desde que comenzó la pandemia del Covid-19, se restringieron mucho, aunque ahora van volviendo poco a poco.
La primera vez que se celebró esta fecha fue en el pueblo de Clio, en Michigan, y se popularizó por EE.UU. a través del Calendario de eventos Chase, una publicación donde aparecían todas las fiestas locales que existían a lo largo del año en el país.
Podemos señalar que los abrazos aportan muchos beneficios para la salud, tanto física como psicológica, de las personas. Entre estos se encuentran:
- Otorgan seguridad: Una buena cantidad de abrazos nos ayuda a sentirnos seguros y confiados.
- Nos dan placer: Cada vez que abrazamos a alguien o nos abrazan, nuestro cerebro segrega dos sustancias que son la oxitocina, dopamina y la serotonina, ambas reducen el estrés y, juntas, proporcionan calma, tranquilidad y sosiego.
- Llenan nuestras necesidades afectivas: Una persona necesita diariamente entre 4 y 12 abrazos para sentirse plenamente querido. Las personas que no muestran afecto sufren de algo que, en psicología, se conoce como hambre de piel, y no es más que la necesidad de contacto humano.
- Vemos la vida de mucho mejor: Cada abrazo nos ayuda a centrarnos y mantenernos felices y funcionales cada día.
- Es la mejor solución contra la timidez: Permite a las personas tímidas entrar en confianza, ser más abiertos, espontáneos y seguros de sí mismos.
- Son excelentes para el corazón: Las personas que no tienen mucho contacto físico poseen una frecuencia cardiaca y una presión arterial mucho más alta que las personas que reciben abrazos de manera frecuente.