"Bendito el que viene en el nombre del Señor"
El Domingo de Ramos es, para los cristianos, el último día del tiempo de Cuaresma. Con él, da comienzo la Semana Santa, los días en los que se recuerda la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Jesús.
Lo que más destaca, se recuerda o hace original a este domingo es la procesión que se hace al comienzo de la misa, llevando cada uno de los fieles un ramo de olivo o de palma. Este, una vez bendecidos por el sacerdote, se lleva a la casa. Dicho ramo se suele poner en algún lugar visible de la vivienda, ya que es un signo de fe y de paz para el hogar y para quienes viven en él.
Es bueno saber que el origen de esta costumbre de los ramos es muy antigua. Se vincula a una de las fiestas de peregrinación más importante para los judíos, incluso hoy en día. Es la fiesta en la que el pueblo judío conmemora la llegada a la Tierra Prometida, después de salir de la esclavitud de Egipto y haber hecho una larga travesía por el desierto.
Para celebrar dicho acontecimiento, los judíos iban en peregrinación al templo de Jerusalén llevando como ofrenda un ramillete compuesto por cuatro plantas diferentes: palma, cedro, tres ramas de mirto y dos ramas de sauce atadas con cáñamo.
Los cristianos, en este Domingo de Ramos, recuerdan la entrada triunfal de Jesús en Jerusalen, hecho que relatan los cuatros evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan) y que ocurre cinco días antes de la muerte de Jesús.
Es de todos conocido cómo se representa en este día a Jesús entrando en Jerusalén. Se le ve montado en un burro, rodeado de discípulos y acompañado por una multitud de gente alegre que agita ramas de palma.
Al mismo tiempo, gritan su nombre y lo aclaman con palabras como ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! Cabe recordar que la palabra Hosanna es una expresión judía de júbilo, pero también significa ayúdanos, sálvanos.
En las misas de este domingo hay otra cosa original, se lee el relato de la pasión de Jesús. Por eso, al Domingo de Ramos se le suele conocer también como “Domingo de Pasión”. Dicho texto es bastante largo y en él intervienen tres personajes: Jesús, el narrador y el pueblo.
Por último, una cosa curiosa es que los ramos de este domingo, una vez quemados, se utiliza su ceniza para poner la señal de la cruz en el miércoles de ceniza del año siguiente.