Día de Sábado Santo

Escrito el 30/03/2024
Agustinos


"Silencio, reflexión y duelo"

Corresponde al tercer y último día del Triduo Pascual, periodo durante el cual los cristianos hacen presente la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Jesús. Tras recordar el Viernes Santo su muerte en la Cruz, el Sábado Santo se conmemora a Jesús en el sepulcro y su descenso al lugar de los muertos.  

Es un día donde se tiene presente, de manera especial a María, la madre de Jesús. Ella es la que más sufre la ausencia de su hijo. De ahí que sea una jornada de silencio, reflexión y duelo. Los cristianos velan junto al sepulcro en silencio. No hay eucaristías, el sagrario está abierto y vacío, el altar no tiene tela alguna y solamente se administran los sacramentos del perdón y de la unción de los enfermos.

En algunas parroquias o templos, se reza por las mañanas la oración de Laudes, se acompaña a María en el dolor con alguna meditación, o bien se reza el rosario. Entre los cristianos hay un ambiente de tristeza, soledad, vacío, echando en falta a alguien fundamental en la vida, al que da sentido al pasado, presente y futuro de la vida personal y de la humanidad.

Es un tiempo de espera que dura hasta el anochecer del mismo día. En ese momento, antes de la media noche, se conmemora el acontecimiento más importante para la vida de la fe de los cristianos, la resurrección de Jesús, y se celebra en lo que se conoce como la Vigilia Pascual. En la liturgia de la Vigilia se destacan varias partes muy significativas para los creyentes:

- Bendición del fuego o lucernario: la ceremonia comienza con todas las luces apagadas del templo. En el exterior hay una pequeña fogata donde el sacerdote toma la llama para encender el Cirio Pascual que lleva en las manos. Dicho Cirio es una vela grande y gruesa que representa a Jesucristo que es la luz para el mundo.

Los fieles que están en la iglesia prenden la pequeña vela que portan del Cirio Pascual y se la transmiten unos a otros, como se hace con la fe. Al llegar el sacerdote al altar se recita o canta el Pregón Pascual, antiguo himno que anuncia la alegría de la victoria de Cristo sobre el mal y la muerte.

- Liturgia de la Palabra: se proponen para leer nueve lecturas de la Biblia: siete del Antiguo Testamento y dos del Nuevo. Se pueden omitir algunas lecturas, pero siempre tiene que haber tres del Antiguo Testamento, una de las cuales debe ser la del Éxodo, y las dos del Nuevo Testamento. En todas ellas se describen momentos culminantes de la historia de la salvación. 

Concluidas las lecturas del Antiguo Testamento se canta el himno “Gloria a Dios” y se hacen sonar las campanas según las costumbres de cada lugar. La segunda lectura del Nuevo Testamento es del Evangelio, y en ella se anuncia de la Resurrección del Señor siendo el culmen de toda la liturgia de la Palabra.

- Liturgia Bautismal: en esta parte de la ceremonia, todos los fieles presentes con la vela encendida que cada uno lleva renuevan las promesas que hicieron el día de su bautismo. Si hay algún niño o adulto para bautizarse, este es el momento para hacerlo.

- Liturgia de la Eucaristía: es la parte más conocida y común para todos, pues tiene lugar en todas las misas del resto del año. Es el compartir la mesa que el Señor, por medio de su muerte y resurrección, ha preparado para su pueblo.