Día Internacional de la Capa de Ozono

Escrito el 16/09/2023
Agustinos


 "Construir un mundo sostenible y resiliente"

El 16 de septiembre de 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que reducen la capa de ozono. En conmemoración de esto, la Asamblea General de la ONU proclamó, en 1994, que el día 16 de septiembre de cada año se celebrara el Día Internacional de la Preservación de la Capa de Ozono.

La capa de ozono es una franja de gas muy frágil que protege la vida en el planeta de los efectos nocivos de los rayos del sol. Dicha capa protectora se encuentra, en su mayor parte, en la región superior de la atmósfera, entre 10 y 40 Km. sobre la superficie terrestre, en la zona de la estratosfera.

Cuando se habla del problema del agujero de la capa de ozono no se quiere decir que haya un agujero donde no hay ozono presente. Se habla de una región de ozono excepcionalmente empobrecido en la estratosfera sobre la Antártida, que ocurre al comienzo de la primavera del Hemisferio Sur (agosto-octubre).

Históricamente, en 1985 la comunidad internacional hizo un esfuerzo por terminar con los productos químicos que ponían en peligro la vida en la Tierra. Este esfuerzo se materializó en el Convenio de Viena sobre la protección de la capa de ozono, que fue aprobado y firmado el 22 de marzo de 1985 por 28 países.

En 1987 se redactó el Protocolo de Montreal, relativo a las sustancias que reducen la capa de ozono. Más de 100 sustancias químicas nocivas se empezaron a controlar para ir eliminando su producción y consumo.

El 16 de septiembre de 2009, la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal se convirtieron en los primeros tratados de la historia de las Naciones Unidas en lograr la ratificación universal.

El Secretario General de las Naciones Unidas  nos dice en su mansaje de este día:

“Los tratados internacionales para proteger la capa de ozono han marcado un antes y un después en la protección de las personas y el planeta. En ellos puede verse el poder del multilateralismo. Esos tratados deberían inspirar la esperanza de que, juntos, seremos capaces de evitar lo peor del cambio climático y construir un mundo sostenible y resiliente. Guiémonos por el espíritu que inspiró la Convención de Viena y el Protocolo de Montreal para construir un mundo en el que los seres humanos, la naturaleza y el planeta puedan prosperar juntos”.