Día de Jueves Santo

Escrito el 28/03/2024
Agustinos


"Día del amor fraterno"

Con el Jueves Santo se inicia el Triduo Pascual, el periodo de tiempo en el que los cristianos recuerdan la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Jesús. Acontecimientos que se celebran desde el Jueves Santo hasta el Sábado Santo.

El Jueves Santo, se sitúa siempre entre los días 19 de marzo y 22 de abril, ambos inclusive. Este año 2024 toca el 28 de marzo, y la fecha varía según se utilice el calendario gregoriano o el calendario juliano. Las iglesias orientales suelen utilizar el sistema juliano.

En este primer día del Triduo Pascual, el Jueves Santo, ocurren los siguientes acontecimientos de la vida de Jesús: la última cena; el lavatorio de los pies; la institución de la eucaristía y del sacerdocio. Y, también tiene lugar la oración que Jesús realiza en el huerto de los olivos o Getsemaní.

Los tres primeros hechos se recuerdan y se hacen presentes en la misa que se celebra en la tarde del jueves y, el último, la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní, se recuerda ya entrada la noche, en la conocida “Hora Santa”.

Caber señalar que al día de Jueves Santo también se le conoce como el día del Amor Fraterno. ¿Por qué? Porque todos los acontecimientos que ocurren en dicha jornada giran alrededor del amor.

Así, tenemos que Jesús decide quedarse en medio de los suyos a través del pan y del vino, que pasan a convertirse en su cuerpo y sangre. Es su vida entregada por amor a toda la humanidad en la Eucaristía. En definitiva, es el Sacramento del amor de Dios a través de Jesús, y que ha llegado así hasta nuestros días.  

Además, en esta última cena, al decir Jesús las palabras “haced esto en conmemoración mía”, les está señalando a los presentes, que tienen que repetir lo que él acaba de hacer. En estas palabras de Jesús se percibe la necesidad de que alguien repita lo que acaba de ocurrir allí, y que se ha expresado con palabras y gestos.

Por eso, en esta parte del texto, se vislumbra la institución del ministerio del orden sacerdotal, que lo ostenta el sacerdote, a quién también llamamos padre o cura.   

También aparece Jesús lavando los pies a sus discípulos, prueba de servicio y de amor. Esta acción la remite Jesús a la existencia de un mandamiento nuevo “que se amen unos a otros como él mismo los ha amado”. Y, cómo los ha amado Jesús, para que nosotros sepamos cómo hay que hacerlo. Pues estando siempre al servicio de los demás, dando la vida por todos. 

Más tarde, en la noche, en la conocida como Hora Santa, los seguidores de Jesús se reúnen en los templos y parroquias para acompañar a Jesús en su oración y en la agonía que vivió en el huerto de los olivos. Él sabe que lo andan buscando, y no para premiarle, sino para acabar con su vida.

Jesús se pregunta que ¿cómo es posible que él, que pasó toda su vida haciendo el bien, esté ahora a punto de perecer como un ladrón, un malhechor, un proscrito? No lo acaba de entender, de ver, de aceptar.

Solo dejándo toda su vida en las manos amorosas y misericordiosas de su Padre Dios, podrá hacer frente al drama de los acontecimientos que se van a vivir a partir de ese momento.