"Constituye una violación de los derechos humanos"
El Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas tiene lugar el 23 de septiembre de cada año. Dicha celebración se lleva a cabo desde el año 1999 y fue promulgado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas, en coordinación con la Conferencia de Mujeres, que tuvo lugar en Dhaka, Bangladés, un país del continente asiático.
Cabe destacar que la primera ley en el mundo que se promulgó contra la prostitución infantil fue en Argentina, el 23 de septiembre de 1913. Cien años después, en el 2013, la Asamblea General de la ONU decretó el 30 de julio como Día Mundial contra la Trata de Personas.
La trata de seres humanos consiste en la compraventa y explotación de niños, niñas y adultos. Los traficantes aprovechan la situación vulnerable de las personas derivada por factores como la pobreza, la discriminación, la desigualdad de género, la violencia contra las mujeres, la falta de acceso a la educación, los conflictos étnicos y los desastres naturales. Asimismo, las crisis migratorias han sido aprovechadas por las redes delictivas para actuar contra los más vulnerables.
Como se puede ver, esta práctica constituye una violación de los Derechos Humanos. Es un delito que convierte a las personas en mercancías y otorga grandes ingresos a las mafias y redes. Es un atentado contra la vida, la integridad y la libertad de las víctimas, y ataca valores de nuestras sociedades democráticas donde la dignidad, la igualdad y la seguridad son grandes pilares que las sustentan.
Se puede afirmar que este problema del tráfico de personas afecta, prácticamente, a todos los países del mundo, sin tener en cuenta su sistema político, social, económico, cultural o religioso. Y esto por qué, pues porque el país puede ser lugar de origen, de tránsito o de destino de las víctimas.
Las ONU estima que, entre 4 y 5 millones de personas son víctimas de trata, de las cuales el 80% lo serían para su explotación sexual. Cada año 700.000 personas son introducidas en el comercio sexual, siendo las mujeres y las niñas las que constituyen alrededor del 80% de las víctimas.
La trata de mujeres y niñas, especialmente con fines de explotación sexual, constituye el tercer negocio ilegal más lucrativo del mundo, después de la venta de armas y de las drogas.