"La memoria del Holocausto y la educación para la dignidad y los derechos humanos"
La Asamblea General de las Naciones Unidas decide, en el año 2005, declarar el 27 de enero como Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto, teniendo en cuenta que, el día 27 de enero de 1945, es cuando las tropas soviéticas liberan el campo de concentración y exterminio nazi de Auschwitz-Birkenau (Polonia).
Se denomina Holocausto a la persecución y aniquilación sistemática, auspiciada por el estado, de los judíos europeos por parte de la Alemania nazi y de sus colaboradores entre 1933 y 1945. Los alemanes se creían una “raza superior” y consideraban a los judíos “inferiores”, por lo que no merecían vivir. Así, el antisemitismo, el rechazo hacia la comunidad judía, fue el eje fundamental que desató el Holocausto nazi.
El tema elegido para este año 2025 es "La memoria del Holocausto y la educación para la dignidad y los derechos humanos". Con él se quiere señalar la importancia que tiene no olvidar el Holocausto en un momento como el actual, en el que la dignidad y los derechos humanos de las personas que viven en muchas partes del mundo están siendo pisoteados todos los días.
El Holocausto es la demostración clara de lo que pasa cuando triunfan el odio, la deshumanización y la indiferencia. Por eso, no perder el recuerdo de lo que fue esto, salvaguarda los recuerdos de los supervivientes y su testimonio de cómo era la vida antes del Holocausto: recuerdos de comunidades pujantes, de tradiciones, de esperanzas y sueños, de seres queridos que no sobrevivieron.
Aunque los hombres, mujeres y niños judíos fueron las víctimas principales de dicho Holocausto, con seis millones de asesinados, los nazis también tuvieron en su mira a otros grupos por razón de su percibida “inferioridad racial”: los romas (gitanos), los discapacitados, y algunos grupos eslavos (polacos, rusos, y otros). Otros grupos fueron perseguidos por razones políticas, religiosas o de orientación sexual.
Con esta celebración se busca, no solo rendir homenaje a los cientos de miles de personas que murieron en los campos de concentración nazi, sino también tomar medidas para ayudar a los más jóvenes a que tengan capacidad para superar las ideologías de odio, entre las que se encuentra la xenofobia (miedo al extranjero).
Ocho décadas después del genocidio, los Estados Miembros de la UNESCO continúan compartiendo la responsabilidad colectiva de abordar el trauma residual, mantener políticas efectivas de recuerdo, cuidar los sitios históricos y promover la educación, la documentación y la investigación.