“Los árboles son fundamentales para la vida"
El Congreso Forestal Mundial de Roma de 1969 proclamó que se conmemorara el 28 de junio de cada año, el Día Mundial del Árbol, con la finalidad de reconocerlo como un elemento vital en el planeta. Por eso, la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), aceptó dicha iniciativa en el año 1971.
¿Y esto por qué? Porque los árboles y los bosques trascienden las fronteras políticas, sociales y ambientales. La situación en que se encuentren afecta a todo el planeta.
Los árboles son esenciales para la biodiversidad y los ciclos del carbono, del agua y de la energía a escala mundial. Son considerados los pulmones del planeta, purifican el aire, regulan el clima, la temperatura y, además, desempeñan un papel clave en el equilibrio del ciclo del agua y su presencia influye para que haya lluvia o no.
Además, ayudan a disminuir la contaminación ambiental y climática generada por el hombre, protegen el suelo y son esenciales para lograr un desarrollo sostenible, siendo imprescindibles para la vida.
Por eso, es necesario que se inviertan grandes cantidades de recursos técnicos y humanos para la conservación, restauración y utilización sostenible de los bosques. Es fundamental mantenerlos sanos y productivos para reducir el riesgo de pandemias futuras y brindar otros beneficios esenciales para la salud física y mental del ser humano.
Dos son los grandes enemigos de los bosques. Por una parte, la tala indiscriminada de los árboles, como ocurre en la Amazonía y, por otra, los incendios. Estos últimos se deben al calentamiento global (sequía y grandes temperaturas), la caída de rayos o la mano del hombre que los causa intencionadamente. Se estima que alrededor de dieciséis millones de hectáreas (aproximadamente un tercio de los bosques del mundo) se queman al año.
Cualquier solución que se busque para mejorar la situación de los árboles y los bosques, requiere tener en cuenta a los agricultores, los pequeños productores, las comunidades forestales, los pueblos indígenas, las mujeres y los jóvenes.